Aphrodite [JenLisa]

Capítulo 32

—¡Lisa! ¡Lisaa! —Dalgom corría a Francesca y la pequeña de cabello rizado le pedía ayuda a su nueva amiga—. ¡Gomie corre, Lisa! —gritaba entre carcajadas.

Unos pasos más y finalmente llegó a los fuertes brazos de la tailandesa, quien la alzó y la abrazó, burlándose de Dalgom.

—¡Deja a France en paz, Dalgomie! —lo reprendió juguetonamente y el perro obedeció, recostándose en los pies de Jisoo, cansado luego de haber hecho ejercicio como nunca.

—Lisa... —suspiró la niña, como enamorada, y recostando su mejilla derecha contra el pecho de la pelinaranja.

Lisa rió ante los suspiros y el cariño de la pequeña y Jennie no pudo evitarlo, tuvo que poner los ojos en blanco...aunque en realidad la escena le causaba mucha ternura, demasiada.

Rosé, Ella y Jisoo seguían conversando animadamente sobre música y estudios, mientras Jennie y Lisa bebían café a su lado, en los sofás, comiendo unos muffins.

—Ven conmigo, Fran —pidió Jennie, mostrando su mejor sonrisa y torciendo un poco su cuello de costado; ternura en toda su expresión.

—No. Lisa —Francesca estaba muy a gusto con Lisa, al parecer.

Jennie puso los ojos en blanco por décima vez en el día. Francesca ni siquiera le hablaba, pero a Lisa, uy, hasta le sonreía y corría hacia ella.

—¿No quieres ir con Jennie, France? —le preguntó Lisa con tranquilidad y la niña frunció el entrecejo, confundida.

—¿Ni? —preguntó.

Lisa y Jennie se miraron y sonrieron. Francesca era la niña más dulce y bonita del mundo.

—Sí, ella se llama Je-nnie —explicó—. ¿Quieres ir con ella? —Francesca asintió y Jennie se entusiasmó.

Pero poco le duró el entusiasmo...

—No —negó Francesca, ahora si respondiendo a la pregunta, pues la afirmación con su cabeza había sido para la explicación de Lisa.

—Está bien... —suspiró Jennie, dándose por vencida.

Su celular vibró en la mesa ratona que tenían enfrente y se le pusieron los pelos de punta al ver el nombre que brillaba en la pantalla.

"Rebecca".

—Estoy abajo, ábreme —ladró la mayor apenas Jennie atendió la llamada.

Jennie cortó y le hizo señas a Lisa, explicándole.

—¿Quieres que vaya contigo? —susurró Lisa, pero Jennie negó.

Luego de varios incómodos minutos por parte de Jennie subiendo a solas por el elevador junto a su odiosa hermana, ambas ingresaron al departamento, nuevamente, en el caso de la morena.

—¡M'man! —Francesca rió y aplaudió emocionada sobre el regazo de Lisa. Mami había vuelto y eso la hacía feliz. Como desearía que Mami fuese igual de divertida que Lisa...

Sin saludar a nadie y con cara de nada, Rebecca caminó directamente hacia Lisa y le sacó a su hija de sus brazos.

—¡Noo, Lisa! ¡Lisa! —lloriqueó la pequeña, estirando sus cortos y delgados bracitos en busca de una Lisa que la observaba con el corazón quebrado.

Rebecca la retó y le dijo que dejara de llorar, mas la morena de tan solo tres años la desobedeció, pidiendo a gritos que Lisa la cargara.

—Rebecca —habló Jennie—, déjala un rato más y luego la llevamos a casa.