Capítulo 15

12.4K 1.2K 737
                                    

Tratando de hacer la menor cantidad de ruido posible, Lisa ingresó a su pequeño apartamento luego de finalmente terminar sus horas de trabajo en el club.

Sin duda, había sido una buena noche.

Un grupo de empresarios americanos famosos e importantes que estaban en Seúl por negocios fueron al club a festejar que habían cerrado un importante contrato. Lisa, o más bien su cuerpo, se ganó la atención de todos esa noche.

Se sacó sus zapatillas y las dejó en la entrada. Iba a hacer lo mismo con su chaqueta pero antes tomó el fajo de billetes y su celular que estaban guardados en uno de los bolsillos.

5 mil dólares y un maldito anillo de diamantes que ahora brillaba en su dedo inicial. Eso había ganado esa noche. Sin contar la paga mensual de Bambam, claro.

Sonrió observando la bonita y delicada joya, seguro valía mas que su propia vida.

Justo cuando iba a tirar la chaqueta sobre el sofá, una figura descansando sobre éste la alarmó.

—Chichu —murmuró moviendo el brazo de su amiga—. Chu, ya estoy aquí, ve a tu cama...

Lisa no pudo evitar sentir angustia, enojo y cariño hacia Jisoo. Se había quedado despierta toda la noche por ella y lo sabía, lo hacía cada noche.

—¿Qué hora es?

—Las 4 y algo...

La pelinegra la miró, refregandose los ojos para poder enfocar mejor su vista en ella.

—Es muy tarde... ¿estás bien?

Como también lo hacía cada noche, Jisoo revisó la cara de Lisa y suspiró al ver que estaba bien.

Lisa no sabía muy bien por qué lo hacía, nunca había sufrido nada físico trabajando en el club, sin embargo dejaba que su amiga siempre la revisara y se asegurara por sí misma de que estaba bien.

—Tenemos que hablar —dijo Jisoo, poniéndose seria.

—No, no. Mañana, Chu, te juro que estoy muy cansada.

La bailarina había estado por más de 12 horas en ese club bailando y bebiendo, y por muy bueno que sonara en realidad no podía alejarse mas de la realidad.

Era agotador.

Jisoo suspiró nuevamente y se puso de pie, tomando a Dalgom en sus brazos.

—Está bien. Pero mañana hablamos.

Lisa asintió y después de darse las buenas noches, cada una ingresó a su respectiva habitación.

Cuando la bailarina se tiró en la cama, sintió y oyó como algunos huesos de su espalda y cuello sonaban.

La cabeza le explotaba y su visión cada vez se tornaba mas borrosa, sin duda, había bebido mucho.

Moría por darse una ducha y relajarse, pero lamentablemente estaba muy cansada como para volver a ponerse de pie.

Como pudo, giró un poco en la cama y se cubrió con las cobijas.

Aphrodite [JenLisa]Where stories live. Discover now