Capítulo 14

12.8K 1.3K 1K
                                    

Con la cabeza gacha y las manos en los bolsillos, Lisa caminaba desinteresadamente por la orilla del río Han.

Una risa burlona abandonó sus labios al recordar ese momento que había vivido con Jennie frente a sus amigas.

¿Cómo podía ser tan idiota? ¿Acaso esperaba que la morena dijera "sí, nos conocemos. Hace unas noches ésta señorita me hizo gritar su nombre mientras me tenía acorralada contra una pared"? No.

Jamás se había sentido tan avergonzada por su trabajo. Jamás se había encontrado con algún cliente del club fuera de ese lugar.

Lisa pensó en las palabras que le había dicho Jennie.

"A partir de ahora Roseanne y yo seremos parte de tu grupo de amiguitas".

¿Y si Jisoo se enteraba que en verdad se conocían?

Y lo peor. ¿Y SI JISOO SE ENTERABA POR QUÉ Y CÓMO SE HABÍAN CONOCIDO?

Un ligero sudor de preocupación comenzó a formarse en la frente de Lisa.

De todas maneras... no había forma alguna de que Jichu se enterara.

Lisa sonrió y con calma, mucha calma, volvió a la zona del corredor en la que se encontraban sus amigas.

Y Jennie.

La morena fue la primera en posar su mirada sobre Lisa.

—¿Qué pasa, Liz? ¿Estamos con dolor de panza?

Yerim y su manera de ser... tan... fresca.

—Digo, como tardaste tanto en el baño...

Las mejillas de la bailarina se tiñeron de rojo mientras sus amigas se reían a carcajadas de ella.

—¿Acaso temes que me haya pasado lo mismo que a ti esa vez que tapaste las cañerías en la casa de Wendy? —Lisa respondió con otra pregunta—. No, solo fui a caminar un poco.

Rosé se tapó la boca, riéndose, al igual que el resto de las mujeres.

Menos Yeri, claro, quien no conocía el significado de la palabra "vergüenza'.

—En mi defensa —retrucó—, el kimchi que había preparado Wendy tenía demasiado picante y me cayó mal.

—¡EWWW!

—¡KIM YERIM!

Con una sonrisa de victoria plasmada en su rostro, la rubia recibía distintos tipos de respuestas por su defensa. Algunas eran muecas de asco, otras regaños, pero después de retarla todas terminaban riendo a más no poder.

Jennie sonreía ligeramente, mordiendo su labio para tratar de contener la carcajada.

Aunque la morena no estaba acostumbrada a tener ese tipo de conversaciones, pensó que era inevitable no reírse de las cosas tan aleatorias de las que hablaban esas chicas.

Observó como su mejor amiga reía fuertemente y se sintió bien, cómoda. Sabía que Rosé necesitaba eso.

Más lo que Jennie no sabía, o prefería ignorar, era que ella lo necesitaba de igual o mayor manera que Rosé.

Vivir aisladas en ese pequeño mundo de dos personas no les hacía para nada bien. ¿Pero qué podían hacer? ¿Dejar entrar nueva gente a sus vidas y salir lastimadas una vez más? No.

No cuando Jennie casi pierde a su mejor amiga por eso.

La morena acomodó un mechón de cabello rebelde detrás de su oreja y trató de calmarse a si misma.

Aphrodite [JenLisa]Where stories live. Discover now