Ese Viernes...

50 10 0
                                    

Había dormido como un recién nacido después de ser amamantado por su progenitora, no había tenido pesadillas, no había llorado, ni se había dado cuenta de la tormenta que cayó horas antes. Su teléfono estaba a punto de quedar sin batería por la cantidad de mensajes y llamadas que había ignorado, pero le dio el tiempo suficiente para revisarlos, muchos de ellos eran de Millie quien moría de ganas por saber lo que había sucedido, se sintió rara al pensar que se tenía que estar muy mal en la vida para disfrutar con el sufrimiento de los demás, al parecer Millie sentía un cierto placer, esa clase de morbo con la que no estaba de acuerdo, decidió no contarle nada por el momento. También había mensajes de Jamie, los primeros eran normales, nada que le hiciera sospechar que había sido descubierta, en los siguientes Jamie mostraba cierta preocupación por su silencio, temía que le sucediera algo pero ya ni esa sosa preocupación la hacía sentir bien.

- Estoy bien, me ocupe mucho y se me paso el día, llegue a casa y caí muerta de sueño en cama, no tuve tiempo ni de quitarme la ropa, siento que te hayas preocupado. (Textio)

- Yo también estuve muy ocupado, trabajos por entregar, pero me tranquiliza saber que estas bien.

- Me imagino, no hay problema, pero me preguntaba si tendrías tiempo para que hablemos un momento. (Ni ella misma estaba segura de lo que escribía.)

- Estoy algo colgado de tiempo pero si es muy importante lo puedo intentar...

"Más te vale que lo intentes infeliz." (Pensó ella)

-Te lo agradecería, prometo no quitarte mucho tiempo.

- Esta bien, dame unos minutos y me conecto por vídeo llamada.

Sus manos transpiraban, por más que tratara de secarles completamente en cuestión de segundos volvían a estar húmedas, su corazón se aceleraba con cada tic-tac del reloj, ahí estaba, frente a la pantalla del computador sin saber que decir, sin estar completamente segura de lo que iba hacer, dudo, por un instante pero al recordar todo lo que decían esos mensajes encontró el valor, era ahora o nunca. La pantalla del computador le avisaba de la llamada que estaba al otro lado, no supo en que momento la acepto, cuando se dio cuenta ahí estaba él, con esa sonrisa cínica, lo único malo era eso, que estaba detrás de una pantalla y no frente a ella...

- Extrañaba verte. (Dijo él) con una sonrisa que relucía por el blanco de sus dientes.

- No lo creo...

- (La sonrisa se borró de su rostro.) ¿Por qué dices algo así, estás bien, te sucede algo?

- Porque sé la verdad de todo, sé que has estado haciendo cuando dices estar ocupado, sé con quién pasas tus noches, con quién duermes, con quién te levantas, a quién le escribes, lo sé todo. Y solo espero que no tengas el cinismo de negar lo que digo, que al menos tengas el coraje, la valentía de admitir toda esta basura.

- ... (Quedo paralizado por algunos segundos, generando la duda de una caída de señal.) La verdad no sé qué decirte, me gustaría poder tener una explicación pero no la tengo.

- Ahora, justamente ahora, la persona que para todo tiene una excusa, una respuesta, en este momento no la tiene...

- Es verdad, las cosas pasaron y ya, no lo pude controlar.

- Esto no es una pérdida de orina que no se puede controlar, estamos hablando de sentimientos, de una relación que tú y yo teníamos y no de unos cuantos días.

- Pero también estamos hablando de distancias, pensé que sería más sencillo, pensé que no llegaría a afectarme tanto la ausencia, pensé que lo lograríamos, pens...

- ¿Pensaste que las cosas iban a seguir como si nada? ¿Que esto nunca iba a salir a la luz?

- Tenía la esperanza. Tal vez todo volvería a la normalidad, podríamos seguir adelante con nuest...

- Ni se te ocurra decirlo, ni siquiera pensarlo. No quiero ni imaginar todo lo que quizás no sepa y tú ocultes. No quiero saber nada de ti, no me busques, no me llames, no me escribas, es más, ni se te ocurra aparecer por acá. Por tu salud mental y física es mejor que todo esto termine en este momento...

Terminó la vídeo llamada cerrando la tapa del computador.

Era increíble todo lo que había sucedido, Jamie no tenía una pizca de remordimiento, en ningún momento se disculpó, su rostro jamás dio muestras de culpa o arrepentimiento. Qué clase de sujeto era... Sintió una especie de adrenalina que le recorría por todo su cuerpo, se sentía fuerte, atrás habían quedado las lágrimas, su alma estaba liberada. Se acercó al refrigerador para buscar algo de beber, cuando el celular interrumpió su camino, Millie tenía una especie de radar (pensó) para este tipo de cosas,

- ¿Aló?

- Mujer, ¿estás viva?

- Creo que sí. (Dejo escapar una risa) tengo unas cuantas llamadas perdidas tuyas, ¿está todo bien?

- Te estuve buscando, Martina esta de cumpleaños y lo celebrara mañana pero yo no puedo ir, así que te toca a ti cubrirme.

- ¿Hablas en serio? me puedo hacer la muerta por un par de días hasta que se olvide el tema.

- Lo siento, atendiste esta llamada así que te toca ir quieras o no. ¿O es que pasaras todo el día esperando a que Jamie aparezca?

- Ese ya no es asunto mío, pero por favor no me preguntes nada por ahora, dame tiempo y te prometo que te contare todo.

- Esto no se hace, esto es muy cruel, esto es algo que deberías contarme con lujo de detalles ¡ahora mismo!

- Lo haré, te prometo que lo haré pero en el momento adecuado. Dame tiempo. Por ahora debo colgar, envíame los datos de donde será la celebración.

- Está bien, pero sabes que no descansare hasta saberlo todo.

- Lo tengo más que claro.

En cuanto pudo salió en busca de unas cajas para empacar ropa, zapatos y cuantas cosa de Jamie permaneciera en su apartamento. Tuvo la tentación de quemar todo, como las mujeres heridas que vemos en las series de televisión, se imaginó haciéndolo, disfruto de cada una de las imágenes que llegaban a su cabeza, desistió, simplemente quería cerrar ese capítulo de su vida sin dar pie a ningún reclamo a futuro.

Millie le envió la ubicación del bar donde celebraría Martina su cumpleaños, ganas realmente no tenia, estaba triste, sí, la tristeza normal de quien termina una relación, ¿estaba arrepentida? no, en la más mínimo, cada vez estaba más orgullosa de la decisión que tomo, pero en sus planes estaba pasar un fin de semana más tranquilo, cocinar o si la pereza le ganaba pedir un domicilio, películas y si el clima seguía así, estar bajo las cobijas.

BelladonnaWhere stories live. Discover now