Sábado 03 de Marzo 2018.

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Victoria llevaba días organizando en secreto un plan de amigos, deseaba sorprenderlos como en los viejos tiempos. La casa campestre estaba lista, había hecho las compras, nada mejor que un asado en la noche, cervezas y buena música. Casi todos en su totalidad habían confirmado su asistencia excepto Millie lo que le pareció extraño pues justamente este lugar era de los favoritos. Al ver su perturbador silencio decidió buscarla, ya casi iban saliendo para la casa campestre cuando Vic tuvo la idea de pasar por el apartamento de Mill, algo que le desagrado a Alik quien trato de disimular. Sin poder oponerse no tuvo más remedio que seguir los deseos de Victoria.

Al estar en la puerta del edificio Victoria intentó llamar pero Mill no respondía, preguntó si estaba en casa, desde siempre ella había tenido acceso sin necesidad de ser anunciada, quería saber por qué sí estaba ahí no le respondía, a menos que algo le hubiera pasado y nadie se haya dado cuenta. Al llegar a la puerta decidió intentar una vez más llamándola al móvil, de fondo escuchó el sonido, ahí estaba, pero se negaba a responder... Finalmente decidió tocar la puerta

- Mill, ábreme, sé que estás aquí...

- ...

- Mill, sabes que no me moveré de aquí hasta que abras...

- ¿Qué haces aquí?

- ¡No! ¿Qué haces tú? ¿Por qué no respondes ni mis llamadas, ni mis mensajes?

- No me he sentido muy bien, me duele la cabeza, he querido descansar, no salí de la cama en toda la mañana.

- Pues llegué en el mejor momento, ve, arréglate que nos vamos para la casa.

- Amiga la verdad es que no tengo ganas.

- Mill deja de decir tonterías, tú amas ese lugar, vamos, apúrate, no hagamos esperar mucho a Alik que se puede molestar.

- ¿Alik esta acá?

- Sí amiga. ¿Por qué te sorprende?

- No, por nada en especial, vez como no estoy bien, no coordino absolutamente nada. (Dijo lo primero que se le vino a la cabeza)

- Eso se soluciona en un buen lugar, tranquilos, descansando, comiendo delicioso, tomando y con buena música amiga. Apúrate.

- Está bien, en unos minutos estoy contigo, ponte cómoda o espérame abajo, como gustes.

- Mejor te espero acá, no sea que tenga que volver a subir para sacarte a las malas.

- Dale...

Millie se sentía completamente incomoda y sentía que Victoria había notado lo nerviosa que se había puesto cuando se enteró que Alik estaba abajo esperándolas, tenía miedo, quizá el portero fuera el mismo de ese día o del siguiente, que lo reconociera y le hiciera algún comentario delante de Vic... Al tomar el móvil se dio cuenta que también tenía mensajes de Alik donde le avisaba que iban en camino, que se negara y que no aceptara ir a la casa de campo... Ya era demasiado tarde.

- Hasta ahora veo los mensajes, está acá y no puedo hacer nada.

- Eres una tonta Millie, debiste negarte.

- Alik no me trates así, crees que para mí es muy cómoda esta situación.

- ¿Hay forma de que la convenzas? Dile que te sientes mal, o que tienes otros planes.

- No, no la hay...

- Ni modo, solo trata de comportarte y de no llamar la atención.

- Por quién me tomas Alik...

- Nunca está de más una recomendación, debemos actuar como si nada...

Del otro lado de la puerta Victoria ya se estaba desesperando un poco, le preocupaba que Alik perdiera la paciencia solo en el auto, caminaba de un lado para otro, buscó en la nevera algo frio para tomar, la espera siempre le daba sed, fue al baño auxiliar para refrescarse un poco, al parecer Mill se estaba tomando su tiempo para arreglarse, quería ponerse cómoda en el sofá, caminó a el se tropezó con el escritorio, lo movió un poco por el golpe, su móvil cayó, al inclinarse a recogerlo se percató de algo que había debajo... Algo que le fue muy familiar, se acercó para tomarlo y asegurarse, su mirada era de asombro y duda... No estaba segura, simplemente no quería estarlo, pues si sus sospechas eran ciertas, esa pequeña tarjeta que había encontrado debajo del escritorio era la misma que ella le había obsequiado en una cita y que él prometió llevarla siempre en su billetera, no solo por el mensaje sino porque según él le daba buena suerte. Al tenerla en sus manos se dio cuenta que era la misma, era su letra, el mensaje, la fecha. Se preguntó así misma por qué estaba ahí debajo de esa mesa y no en el lugar que le correspondía, Alik había estado allí hace unos días pero eso ella ya lo sabia. De lo que no estaba segura era si había regresado pues ni él ni Mill habían dicho nada eso lo empeoraba todo. No quiso hacerse más preguntas pues no podía, de fondo logró escuchar que ya Mill estaba a punto de salir y lo menos que quería era que la encontrará con eso en sus manos, así que de la forma más rápida guardo la tarjeta en su bolsillo trasero, se arregló el pelo y pretendió seguir como si nada.

BelladonnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora