Más tarde, esa misma noche...

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Las gotas que habían caído horas atrás se habían convertido en una fuerte lluvia que con el paso del tiempo iba empeorando, a la hora de marcharse solo habían dos autos, el de Vic y el de Alik, se repartieron entre ellos, Vic llevaría a Sam, Paula y a Martina, Alik a los demás.

La vía que tomaría Alik sería la que más embotellamiento presentaría o eso pensaban, pero a pesar de la torrencial lluvia las calles fluían a gran velocidad, Sofi y Mark vivían uno al lado del otro, haciendo su recorrido mucho más fácil, Vic por su parte se había encontrado con el peor camino, las lluvias habían afectado los semáforos y esto había provocado un accidente sin heridos pero con un enorme trancón.

Alik solo tenía que dejar a Millie en casa para por fin poder descansar.

No quería estar sola en casa, se notaba en el rostro el temor a la ausencia, al silencio, puedes estar acompañada pero sentirse sola al tiempo. Algo como estar y no estar...

- Gracias por traerme, en general muchas gracias por todo.

- No me lo agradezcas, lo hicimos con cariño.

- No está de más. (Abre la puerta del auto.)

- Déjame ayudarte con los regalos por favor.

- Sí, necesito una mano con todo esto.

Había un silencio extremo entre los dos, no se trataba de incomodidad, era algo más, completamente fuera de sus capacidades, en el ascensor no pronunciaron palabra alguna, ni se miraron, las cosas no cambiaron mucho al llegar a la puerta del apartamento.

- Me da pena molestarte tanto, mira cómo te mojaste, no debí dejar que me ayudaras.

- No pasa nada.

- Como que no, te puedes enfermar. Deja que te prepare al menos algo caliente y que te seque la chaqueta, no te puedes ir así.

- No, no te molestes, no es para tanto.

- Por favor, permite que te pueda ayudar en algo, al menos por tu salud.

- Está bien.

Tomó la chaqueta y notó que la camisa también estaba húmeda, fue en busca de una toalla para que Alik pudiera secar su cabeza, insistió de forma sutil para que también le permitiera secar la camisa, eso fue fácil, tanto que le sorprendió, preparo una bebida caliente mientras las demás prendas estaban listas, buscando algo para acompañar la bebida miró de reojo a Alik y vio algo que nunca antes había notado, lo fuerte de su torso, cada musculo en él estaba marcado, se sonrojo, sintió un poco de vergüenza pues a quien estaba admirando era nada más y nada menos que la pareja de su mejor amiga, nunca se había atrevido a verlo diferente, pero al estar ahí, solos, no pudo evitar observarlo cada vez que él le daba la espalda, cada vez lo detallaba más, cada vez lo veía más sexual, más masculino, sentía un calor subir por su cuerpo cada vez que sus ojos se desviaban para observarlo, ese calor era más fuerte e intenso.

- Que rico huele.

- No hay frío que un chocolate caliente no arregle.

- Estoy totalmente de acuerdo contigo Mill.

- Acércate, esto ya está listo.

Sus manos temblaban con cada paso que él daba, estaba completamente nerviosa y perdiendo el control, temía que Alik terminara notándolo, intentó controlarse, se lo pedía a sí misma. (Te estás comportando como una idiota, qué te sucede, o te calmas o te calmas. pensaba)

- ¿Estás bien?

- Por qué lo preguntas. (Respondió ella rápidamente)

- Porque estas temblando, mira el pocillo.

BelladonnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora