Belladonna

Miércoles 16 de Enero 2019. (Caroline y Rossie.)

No es que me haya rendido, simplemente me di cuenta que no vale la pena seguir intentando.

Después de la discusión que había tenido con Jamie, y que este no regresara para dormir a su lado, Caroline había entendido que era absurdo retrasar algo que ya era inevitable. Lo había intentado todo o eso necesitaba creer, eran demasiadas cosas malas en tan poco tiempo como para poder aceptar la realidad de sus desdichas. Salió de la habitación queriendo buscar respuestas, pero todo lo que encontraba era un lugar frio y solo, odiaba esa sensación, esa misma que le hizo tomar la decisión años atrás de marcharse sin detenerse a pensar en las consecuencias, muebles a donde quisiera voltear a mirar, pero faltaba algo importante, calor de hogar, un calor que nunca existió allí pero que encontró con Jamie lejos, muy lejos.

- ¿Hermana te sucede algo?

- ¡Ross! Me asustaste.

- Lo siento no era mi intención.

- No te preocupes, ya pasara. Estoy bien.

- ¿Segura? Estás demacrada, ojerosa. ¿Pasaste mala noche?

- La peor.

- ¿No dormiste bien?

- En definitiva, lo que menos hice fue dormir.

- No te entiendo.

- Tuve una discusión con Jamie, no paraba de dar vueltas en la cama y de algo pequeño surgió una discusión donde terminé durmiendo sola Rossie, sola. ¿Sabes hace cuanto no dormía sola a causa de una discusión?

- Siempre hay una primera vez Caroline, pienso que no deberías preocuparte.

- Tengo que preocuparme. Definitivamente las cosas están mal.

- Ya te lo dije hermana, si lo crees necesario ten listas las maletas y vete con él.

- Ese es el problema, Jamie no se quiere ir.

- ¿Y por qué no?

- Eso mismo me gustaría saber a mí. ¿Por qué o por quién?

- ¿Crees que sea por alguien?

- Cada vez estoy más convencida de eso.

- Vaya... ¿Qué piensas hacer?

- Por ahora irme a duchar, necesito despejar mi cabeza y salir de aquí.

Las dos estaban seguras de estar solas hasta que escucharon de fondo a su padre hablar por teléfono en un tono muy molesto, cada vez se aproximaba más hacia ellas.

- Que bueno que las encuentro a las dos. (Señor Pattison.)

- ¿Qué sucede ahora? (Ross)

- Necesito que tu Ross o las dos si lo desean le hagan una visita a Victoria. (Señor Pattison)

- ¿Para qué? (Caroline)

- Para que nos salve el culo (Señor Pattison)

- Quieres hablar claro de una vez. (Ross.)

- Estamos en la completa ruina, estamos jodidos, los acreedores se me tiraron como vampiros sedientos. A ellos no les importa respetar duelos ni nada que se le parezca. Ahora que saben que no contamos con el respaldo de la familia Nejati se comportan como sanguijuelas tratando de quitarme lo poco que me queda en el menos tiempo posible. (Señor Pattison)

- ¿Y no hay nada que se pueda hacer? (Ross)

- He tratado de comunicarme con el padre de Victoria, pero no atiende mis llamadas, la secretaria dice que se encuentra ocupado, o que no está en ese momento, le he llamado al móvil y no atiende. Está más que claro que no quiere saber nada de nosotros. (Señor Pattison)

- Querrás decir, de ti. (Caroline)

- Qué más da. Sencillamente nos dejaron con el culo al aire y yo no puedo hacerme cargo de todos estos pagos absurdos y de las deudas que se le ocurrió a tu hermano adquirir. (Señor Pattison)

- Sin contar con las que tú mismo ya habías adquirido antes de obligar a mi hermano hacer semejante locura. (Caroline)

- ¿De qué hablas? (Señor Pattison)

- No te hagas el idiota conmigo, sabes perfectamente que mi hermano me lo contaba todo. (Caroline)

- Bueno, ya que lo sabes todo, también sabrás que parte de esas deudas corresponden a la vida de reina que te das en otro país, así que no vengas con aires de superioridad que no te corresponden para cuestionarme. (Señor Pattison)

- Una vida que tranquilamente podríamos seguir teniendo si no fueras un inútil como padre y como empresario. Nunca has sabido manejar una vida personal, que ibas a poder con una vida profesional, eres un egoísta, un inútil y eso no cambiara, aunque tengas todo el dinero del mundo. (Caroline)

- Basta, somos familia. (Ross)

- Si tanto te incomoda las ventajas que te he dado ya conoces el camino de regreso a tu vida perfecta, no te quiero ni a ti ni al mequetrefe de tu novio en mi casa cuando regrese. Ross acompáñame a mi despacho ahora mismo. (Señor Pattison)

- Espera que están perdiendo la cabeza los dos. (Ross)

- Ni falta que me hace estar en esta maldita casa, que todo lo que trae es miseria y desgracias. Nadie puede ser feliz a tu lado ni aquí, ni en ningún lugar, eres una maldición para todos nosotros. Tu, tu eres el que debería estar muerto y no mi hermano, tu que nunca has podido dar felicidad en la vida, no conoces ese sentimiento, no conoces nada. (Caroline)

- Hermana, basta por favor. Ese señor es nuestro padre y no deberías hablarle así. (Ross)

- Daría lo que fuera porque en este momento apareciera mi madre y dijera que ese señor no es nada mío. Le vendería mi alma al diablo solo por tener esa certeza. (Caroline)

- Estamos todos perdiendo la cabeza. (Ross)

- Me largo de este lugar. (Caroline)

- No, tu no te vas a mover de aquí. Déjame trato de encontrar una solución a lo que quiere y después nos ocupamos de lo tuyo. (Ross)

- ¿Vas a hacer lo que el te pide? ¿Te vas a arrastrar por salvarle? (Caroline)

- Primero déjame ver qué es lo que sucede y ya después vemos como actuamos. (Ross)

- A mi sácame de esa ecuación. (Caroline)

- Está bien, solo no te muevas de aquí, por favor. (Ross)