Sábado 01 de Julio 2017.

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Como todos los sábados Victoria salía muy temprano de casa, se ejercitaba un poco y aprovechaba para hacer las compras de la semana. Extrañamente disfrutaba de eso, siempre se preguntaba cómo era que existían personas que odiaban hacer esta actividad pues en más de una ocasión veía como parejas discutían por la marca de algún producto o hacían mala cara en la fila para pagar, pero Victoria no, realmente disfrutaba tomarse el tiempo con cada cosa que iba depositando en el carrito, había aprendido que para tener una vida saludable era necesario detallar los ingredientes de cada cosa. Era por así decirlo, "su momento con sigo misma"... Al llegar a casa se percató de la familiaridad que le representaba un auto estacionado al frente de su edificio. No era necesario pensar mucho de quién era esa inesperada visita...

- Se te está haciendo fácil aparecer sin invitación por estos lados.

- Espero no incomodarte Victoria.

- Aprovecharé que estas acá para que me ayudes a subir la compra.

- ¿Compraste todo el supermercado?

- Parece. Pero es solo lo necesario. No eres el único que suele visitarme sin avisar y es mejor tener comida que ofrecer...

- ¿Te visitan muchas personas?

- Amigas más que nada. ¿Recuerdas que de niño uno tenía un lugar donde siempre iba en los buenos y malos momentos? Pues bien, mi apartamento es ese lugar para mis amigas. Y siempre suelen dejarme la nevera vacía...

- Lo tendré en cuenta a futuro.

- ¿Cómo estás?

- Bien, bien, te he pensado mucho, pero no has respondido a mis llamadas, así que decidí venir a ver si estabas bien.

- Me disculpo por mi grosería, he estado un poco ocupada, organizando algunas cosas, termino literalmente muerta, pero a veces me cuesta dormir así que tomo unas gotas para conciliar el sueño, hasta el otro día literalmente. Se puede acabar el mundo y no me daría cuenta.

- Vaya, eso es interesante. Por un momento pensé que estabas evadiéndome.

- Y de ser así... ¿No crees que sería un poco psicópata aparecer así de repente?

- ¿Lo preguntas en serio?

- Alik ¡claro que no! Calma.

- ¿Deseas que te ayude a organizar las cosas?

- No, claro que no, no te molestes, mejor ponte cómodo mientras organizo mi caos, ¿Quieres tomar algo?

- Dale, te lo agradezco.

- Tengo agua, leche, juegos, cerveza, aunque es algo temprano creo que hay partido, así que podría ser un buen acompañante.

- ¿Te gusta el fútbol?

- ¡Claro! No soy experta ni mucho menos, pero lo disfruto, en la mesa está el control, creo que hay Premier League. ¿Entonces qué quieres tomar?

- Me tentaste con el jugo, pero me convenciste con la cerveza.

- Lo sabía. Disfrútala y no te preocupes si me tardo un poco, siempre me tomo mi tiempo para organizar las cosas, soy un poco maniática obsesiva con el orden.

- Dale, espero no incomodarte.

- Tranquilo.

Hasta el momento Alik no se había percatado de estar siendo observado por Victoria constantemente, había algo en él que llamaba su atención, pero no de la mejor manera o simplemente se sentía a la defensiva por culpa de Jaime y sus mentiras, la verdad no lo sabía y no le quería dar mayor importancia... Había terminado de organizar las cosas rápido, pero de eso tampoco se había dado cuenta Alik, ella decidió acompañarlo a ver el partido desde la distancia, solo faltaban un par de minutos para que terminara, solo en ese entonces se tomó la molestia de mirar si Victoria necesitaba ayuda, al verla sentada del otro lado se avergonzó un poco...

- Debes pensar que soy un atrevido y desconsiderado...

- No te preocupes, no estoy pensando nada de eso. (O probablemente sí)

- De igual forma, debiste permitir que te ayudara en algo.

- Subiste parte de las bolsas, con eso fue más que suficiente Alik, en verdad, no le des ninguna importancia.

- Está bien. ¿Y desde hace cuánto estas ahí?

- No sé, unos 20 minutos quizá...

- ¿Hablas en serio?

- Claro que no, no seas ingenuo, como voy a pasar tanto tiempo sentada en esta silla que no la compre precisamente por ser cómoda.

- ¡Eres terrible!

- ¿Te parece?

- Sí, disfrutas poniéndome nervioso.

- Para nada, solo trato de medir tu nivel de resistencia.

- ¿Y eso por qué?

- No es por algo importante, a veces ya lo hago de forma natural, como que no me doy cuenta. Cosas que se aprenden con los años.

- Entiendo. Es raro, pero lo entiendo.

- Mentiroso.

- ¿Y qué haremos?

- Ehhh, no sé... Tu llegaste hasta acá, pensé que tendrías algún plan.

- En eso tienes toda la razón, había pensado en invitarte a comer algo, que saliéramos y pasáramos un rato agradable.

- Te tengo una contra propuesta.

- Dímela.

- Qué te parece si pedimos algo y comemos aquí en casa, tengo algunos juegos, o podemos ver alguna serie, no sé...

- Pues por mí no hay ningún problema Vic. ¿Y de qué tienes ganas, qué podríamos pedir?

- Algo mexicano estaría bien, desde que desperté tengo el antojo de picante.

- Perfecto.

BelladonnaWhere stories live. Discover now