Domingo 04 de Marzo 2018.

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En la casa de campo, de madrugada...

Victoria pasó toda la noche en vela imaginando cuadro a cuadro todo lo que ha sucedido entre ellos, no podía estar segura desde cuándo pero estaba segura de los hechos... Automáticamente se transportó a su última discusión con Jamie y precisamente eso era todo lo que quería evitar, el drama de los reproches, el drama de volver a ser señalada, quería gritar, explotar, golpear, dañar, tenía todos esos sentimientos batallando dentro de sí, pero ninguno encontró la salida. Sentía que el tiempo la había cambiado al tiempo herida, pero con una madurez que solo se reflejan con la llegada de los años. Pudo acabar con todo en ese momento, pero no lo hizo, no quiso hacerlo, por el contrario, sintió una curiosidad cegadora e hipnotizante. Se giró por un instante para contemplarlo al dormir...

Sus pestañas largas, su nariz perfecta, su respiración constante, pensó que quizá si le ponía una almohada sobre el rostro seria cuestión de segundos, no había nadie al rededor que la pudiera detener, pero de inmediato otro pensamiento interrumpió el anterior, si minutos antes se estaba engrandeciendo por su madurez, como era posible que ahora estuviera teniendo esa clase de pensamientos. No importaba, seguía teniéndolos y sintiéndolos, precisamente en ese silencio podía escuchar como su corazón latía con fuerza como si estuviera a punto de salir por la boca, hacerlo ahí en ese instante era un error. ¿Y si solo fue algo de una sola vez? se preguntaba, ¿Cambiaría en algo las cosas? No existía respuesta para una pregunta de ese calibre, pero si alguien quería una respuesta era claramente un no. No cambia en nada que sea una sola vez, algo de una noche, culpa de los tragos o de la soledad. No importa si se acostaron o simplemente se besaron. Lo que realmente importaba era que sucedió y que lo ocultaron. Victoria no es y nunca será la clase de mujer que se bate a duelo por un hombre, siempre ha dicho y lo ha sostenido que precisamente hombres es lo que hay en el mundo, tantos que de por sí hay una sobrepoblación, así que por qué dejarse la piel y rasgarse las vestiduras por un trozo de carne que fácilmente puede ser reemplazado.

Pero con Millie la cosa era completamente diferente, siempre la ha considerado como la hermana que nunca tuvo, la confidente de sus miserias y la acompañante en los mejores momentos, no podía entender como alguien con la que has compartido tantas cosas podía fallarte de esa forma, dolía, claro que le dolía pero lo que le estaba destrozando el alma en ese momento era la mentira, la forma en la que ella la miraba a los ojos y seguía callando todo lo que había sucedido.

Sentía que se estaba asfixiando en esa habitación, si permanecía allí quién sabe que locura llegaría hacer. Salió en silencio a caminar por el jardín, no era de fumar, pero vendería su alma por un cigarrillo en ese instante, fue a la cocina y se sirvió un poco de Whisky, le gustaba con un poco de hielo, pero en esta ocasión lo prefirió así, solo, sin acompañamiento, nuevamente decidió salir y estar un tiempo afuera sentada en una roca gigante como lo hacía cuando era pequeña y estaba triste...

Miró por un instante la ventana de la habitación donde se encontraba Mill, sentía ganas de ir y enfrentarla, pero al momento de ese pensamiento se cuestionaba ¿Para qué? eso lo había aprendido de un viejo amigo, Carlos le enseñó que siempre había que tomarse la molestia de hacerse dos preguntas claves. ¿Por qué? Y ¿Para qué? ...

Lo que realmente le preocupaba y eso la hizo entrar en pánico era saber si esta sería la primera vez que Mill la traicionaba o si ya era algo constante en ella. Su cabeza estaba a punto de explotar con tantas preguntas. Ella le había confiado tantos secretos, tantas historias que para Mill era más fácil destruirla contándolo todo que acostándose con su novio.

Sabía que tenía que hacer algo al respecto y solo podía llegando al fondo de todo, descubriendo lo más que pudiera, pero para hacer algo así necesitaría llenarse de mucho valor y paciencia. Sea cual fuere el resultado ya estaba lastimada, qué podía ser peor que eso... Debía sacar a relucir su mejor actuación frente a los dos, pues un paso en falso arruinaría todo. Una vez conociera la verdad sabría perfectamente que hacer con los dos. Por ahora lo mejor que podía hacer era regresar a la habitación y seguir como si nada, tratar de conciliar el sueño y rogar porque sus pesadillas no le jugaran una mala pasada.

BelladonnaWhere stories live. Discover now