Sábado 19 de Mayo 2018.

25 9 0
                                    

Alik le había preparado una sorpresa a Victoria, un fin de semana para ellos lejos de todo. Había reservado un fin de semana en Tierra Escondida, un lugar de cabañas campestres muy romántico y diferente. Vic quedó completamente encantada apenas vio la cabaña que ocuparían. Estaba sorprendida, Alik siempre ha sido un hombre detallista pero últimamente estaba esforzándose mucho más por complacerla. Victoria sospechaba de cada una de sus intenciones y detalles, sabía que detrás de cada acción había una reacción, pero actuaba como si no supiera nada, había decidido que era mejor, no sabía para quién, pero por ahora era lo mejor.

La primera noche fue encantadora, estar al aire libre y poder disfrutar del cielo completamente estrellado, habían apreciado un par de estrellas fugaces, Alik le sugirió que pidiera un deseo, al principio Victoria no quería, pero terminó cediendo a sus peticiones, cuando lo hizo Alik juro que ese deseo se le iba a cumplir muy pronto. Victoria lo miraba con reserva, no podía descifrar lo que quería decir, pero no quiso insistir. Se acostaron pasada la madrugada, disfrutaron el uno del otro a tal punto que Victoria olvido todo lo que sabía, hasta su nombre, si las cosas fueran así siempre, pensó al despertar...

La mañana había pasado y ni cuenta se habían dado, el hambre fue quien la despertó, al hacerlo encontró a su lado a ese hombre sensible y especial que un día conoció, a pesar de todas las cosas que habitaban su cabeza quería creer que aún había algo por rescatar dentro de ese ser.

Cuantas veces había tenido ese tipo de conversaciones con su amigo Carlos. Él siempre decía que todos los seres humanos en algún punto cometemos un error, ese tipo de error que nos puede costar la vida, pero que en esos casos era mejor poner todas las acciones en una balanza y ver si valía la pena ser rescatado.

"Todos necesitamos ser rescatados en algún momento de nuestras vidas, hay personas por las que vale la pena dar la pelea, otras por el contrario le hacen un bien a la humanidad dejando de existir."

Esas palabras marcaron su vida sin que lo supiera en ese momento, esa conversación determinaría su destino en el momento indicado...

- Eres un dormilón.

- ¿Hace cuánto estás despierta?

- Lo suficiente, no me dejaste dormir con tus ronquidos...

- ¿Hablas en serio?

- ¡Claro que no!

- Me asustas...

- (Victoria ríe incontrolable.)

- No te rías.

- Es que debiste ver tu cara. Es muy graciosa.

- ¿Qué haces despierta?

- ¿La verdad?

- Por favor...

- Tengo hambre, me comería lo primero que se me ponga en frente.

- Dame un segundo me pongo frente a ti.

- Tonto, hablo en serio, aliméntame por favor.

- Tus deseos son órdenes, ahora mismo pido que nos traigan comida.

Lo que restó del día transcurrió normal hasta caer la noche, Alik le pidió que se pusiera algo lindo para la ocasión, aunque Victoria no entendía de qué ocasión hablaba sin embargo lo hizo para complacerlo. Al salir de la cabaña Alik la esperaba algo nervioso y eso lo pudo notar por el sudor de su frente, no era normal en él, pero prefirió no preguntárselo. No sabía con certeza a dónde la llevaba ni por qué tanto misterio, se sentía emocionada y asustada al mismo tiempo, a unos pocos metros pudo observar un camino de antorchas, una mesa en el centro y unos cuantos-muchos pétalos de rosa al rededor. No sabía que estaba tramando Alik, pero sea lo que fuere se había esmerado por sorprenderla.

- ¿Qué es todo esto?

- ¿Te gusta?

- Claro que me gusta amor. ¿A quién no le gustaría algo así?

- Que bueno que te gusta, está noche es solo nuestra.

- Amor esto es muy lindo de tu parte.

- Y es solo el comienzo...

- ¿Ah sí? (Pregunto Vic con incredulidad)

- Tu solo déjate llevar mi vida.

BelladonnaWhere stories live. Discover now