Martes 15 de enero 2019. (Victoria y Jamie.)

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Si me ven cometiendo el mismo error, no es por casualidad. Hasta los desatinos los tengo planeados.

Victoria sentía que su cabeza explotaría en cualquier momento, miró de reojo las botellas que había desocupado, se desconocía por completo, pero de algo había servido todo lo sucedido, las ideas llegaron a su cabeza por si solas, no tenía la certeza de estar haciendo lo correcto, pero debía arriesgarse por completo o eso quería creer. Tomó su móvil y busco el número del que Jamie le había llamado, titubeo por unos segundos, pero aun con miedo presionó el botón de llamar, no sabia muy bien qué hora era, si era demasiado temprano o no, realmente no le importó, el sonido que salía del auricular era lento, finalmente encontró respuesta del otro lado.

- Vic. ¿Eres tú?

Guardó silencio por algunos segundos, colgar ya no era una opción...

- Sí, soy yo.

- ¿Te encuentras bien?

Notó como el tono de voz de Jamie era un poco bajo, supuso que se debía a que Caroline se encontraba cerca, lo que le hacia replantearse nuevamente el estarlo llamando.

- Sí.

- ¿Te equivocaste al marcar?

- No, en realidad estoy muy consiente de esta llamada. ¿Tienes tiempo hoy? Necesito hablar contigo.

- Si quieres voy hasta tu casa.

- No, mejor en un lugar publico

- No me tengas miedo...

- Ni lo digas.

- Bueno, entonces dime tu dónde quieres que te vea y ahí estaré.

- Te envió la ubicación en unos minutos.

Lo que estaba apunto de hacer era una completa locura, estaba casi al mismo nivel de darle a alguien más Belladonna y ser descubierta sin lugar a dudas, pero lo había pensado no una, ni dos, ni tres veces, lo había pensado durante toda la noche entre la claridad de su sensatez y el mar de incongruencias al estar tan ebria, pero las dos Victorias concordaban en una sola cosa, había que dar el siguiente paso, para que las cosas explotaran en la cara o simplemente para quitarse un peso de encima cargándoselo a alguien más, aunque ese alguien se tratara del mismísimo Jamie.

45 minutos después...

"Cuando quiero escapar, no encuentro la salida."

Era demasiado tarde para dar vuelta atrás, Jamie se estaba impacientando con el silencio de Victoria, aun no se atrevía a enviar el mensaje con su ubicación. Los mensajes de Jamie llegaban uno tras otro, finalmente y no después de tener en su sistema una copa de vino, decidió hacerlo, enviarle su ubicación.

Te espero en Lazio, en la misma cuadra de La Peluquería. No tardes...

¿Y sí simplemente salgo corriendo y dejo las cosas tal cual como están? – Sabes que esa ya no es una opción. – ¿Nuevamente estoy hablando sola?... Voy a tener que ir a que me revisen, ya no es normal. – Es más normal de lo que crees, no estamos locas, sencillamente con alguien tienes que discutir lo que estamos a punto de hacer. Porque aquí estamos todas en el barco o nos hundimos con él. – Es una locura. – Ya lo sé, pero es una locura necesaria, las cosas siempre son mejor cuando uno es el que las dice. – No te entiendo. – En pocas palabras, madurar es cagarla y poner la cara. ¿Me he explicado bien? – Totalmente.

Ese olor fue completamente reconocible por su nariz, sin verlo Victoria sabia que él ya había llegado, lo podía sentir, decidió dar vuelta para asegurarse de no estar loca y efectivamente, Jamie bajaba las escaleras, los latidos de su corazón eran cada vez más fuertes lo que hacia que se llenara de impotencia porque no quería que así fuera, no lo soportaba.

BelladonnaWhere stories live. Discover now