Esa misma noche...

19 7 0
                                    

Caroline sentía que algo no estaba bien con Jamie, algo había sucedido con él durante las horas que estuvieron separados, tenía un presentimiento que le arrugaba por completo el corazón. No se atrevía a decir nada en su presencia, no quería incomodarle, pero definitivamente su corazón se sentía completamente intranquilo. No era la primera vez que este tipo de cosas sucedían, eso lo sabía bien, Jamie tenía sus momentos parcos, donde disfrutaba alejarse completamente de todos, pero había algo en su mirada o en la expresión de su rostro lo que le generaba ese sin sabor que se resumía en un silencio incomodo en la habitación.

- ¿Ha estado todo bien?

- ¿De qué hablas?

- Nada, solo pregunto cómo estuvo tu mañana, casi no hemos hablado en todo el día y tenía curiosidad...

- ¡Ah eso! Si, nada de qué preocuparse, ha sido una mañana bastante extraña no te voy a mentir, pero todo está bien.

- ¿Seguro?

- Tranquila cariño, confía en mí. No dudes de mis palabras Caroline por favor.

- No lo hago, es solo que nunca antes te había visto así, me choqueo un poco todo este silencio.

- Perdóname, no me había dado cuenta que te estaba incomodando.

- No te preocupes, solo quiero que estés bien. Han sido demasiadas cosas en pocos días, afortunadamente pronto volveremos a nuestra realidad...

- Así es cariño, así es...

Esas últimas palabras no resonaron de la misma forma, ni con la misma intensidad en la cabeza de los dos, Caroline quería creerle, Jamie necesitaba darle fuerza.

Ella tenía razón, cada palabra que salió de sus labios era tan real o más que la anterior, pero Jamie no estaba dispuesto a darle la razón, no podía permitírselo, lo cierto era que ver a Victoria después de tanto tiempo le había causado un revolcón de emociones que creía olvidadas. Como un pequeño monstruo que tenía años durmiendo y de la nada despierta desorientado, asustado pero imparable. Por qué después de tanto tiempo, tantas cosas vividas algunas seguían ahí, creando incertidumbre, creando caos en la cabeza y muy posiblemente en el corazón. Era algo que se negaba a aceptar, pensarlo de por si era un despropósito, un acto que claramente podría igualarse a cometer un gran pecado capital. No, no podía permitírselo, no podía aceptarlo, se negaba rotundamente a hacerlo, debía ocupar su cabeza en algo más, necesitaba centrar toda su atención en Caroline, única y exclusivamente en ella.

BelladonnaWhere stories live. Discover now