Viernes 04 de Enero 2019.

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Finalmente me han dejado solo, no soportaba seguir en las mismas cuatro paredes con ellas, sus risas simples y explosivas, como si existiera un motivo por el cual estar feliz... Ese trago fue tan amargo como lo es mi vida. ¿En qué momento perdí el control de ella? ¿En qué momento le di el derecho a los demás de elegir por mí? Solo quiero estar recostado sin que nada más importe, sin que la vida importe.


- ¡Eres un desgraciado!

- ¿Qué diablos haces aquí Emma? ¿Quién te dejó entrar?

- Siempre encuentro la manera de estar donde quiero.

- No estoy de ánimo para tus tonterías. Hazme un favor y lárgate.

- ¿Sabes cuanto me importa si estás de ánimo o no?

- ¡Que te largues te he dicho!

- No me pienso ir de acá sin decirte la clase de infeliz que eres. Meterte con mi hermana, con lo más importante que hay en mi vida, jugar conmigo todo este maldito tiempo. ¿Crees que puedes salirte con la tuya?

- ¿Y qué es lo que piensas hacer?

- No me retes Alik.

- Te reto porque conozco perfectamente a las mujerzuelas como tú.

- Pues si conoces a las mujerzuelas como yo, deberías saber que a estas alturas del partido tu mujercita lo sabe todo.

- Vas a seguir con esa tontería... Anda, vete ya, quiero descansar.

- No es ninguna tontería, por qué te mentiría si no tengo nada que perder. No te haz puesto a pensar en eso.

- Emma no me estoy sintiendo bien vete de una buena vez o no respondo.

- ¿Y qué piensas hacerme? Me vas a golpear, atrévete...

- ¡Que me dejes en paz maldita sea!


Esta mujer siempre ha tenido una facilidad para sacar lo peor de mí. Pero en realidad me siento jodidamente mal, creo que se me bajo la presión, siento que me va a dar algo y lo ultimo que necesito es que se den cuenta que ella ha estado aquí. Maldita loca, siempre aparece en el momento menos oportuno.


- Ya te escuché la primera vez y no me pienso ir.

- Emma déjame en paz. Tanto te cuesta entender que no quiero verte aquí.

Llevada por la ira Emma no lo pensó mucho y lo cacheteo como siempre lo había deseado, sintió que una descarga de adrenalina recorría todo su cuerpo hasta que un golpe la sorprendió, Alik le había devuelto la cortesía, pero en esta ocasión no sangró como en el pasado, dudó por un instante en el estado en el que se encontraba, algo sucedía, pero no podía entender muy bien qué. Sabia perfectamente que no podía descuidarse, bajar la guardia nuevamente podría costarle muy caro.

- No te quiero hacer más daño, vete.

- Eres un cerdo sin escrúpulos. ¡Deberías morirte!

- Adelante, inténtalo, mátame si tienes las agallas suficientes.

- ...

- Lo sabía, solo eres eso, palabras, nunca vas más allá de tus palabras.

- Te vas a arrepentir Alik, te lo puedo jurar que esto lo pagaras con sangre.

Una vez más Emma se abalanzó sobre él haciendo que se golpeara con un mueble y que de este cayera un cenicero de cristal de murano que se hizo pedazos, inmediatamente trató de recuperarse, Alik estaba enojado, muy enojado, fue tras ella para obligarla a salir, Emma decidió subir por las escaleras, presa del miedo intento buscar una escapatoria, con su mirada un poco aturdida buscó a su alrededor algo con qué defenderse de él. Alik en un intento fallido por atraparla termino golpeando la pared dejando una sutil marca que no encaja con el blanco que la caracteriza. La suerte de Emma ya no es normal, ha escapado en varias ocasiones de los golpes de Alik, hasta ella lo puede notar, aun así, sabe que si no está lo suficientemente atenta él tiene una gran ventaja por la fuerza. Como pudo logró entrar a la habitación principal, no sin antes defenderse de las largas manos que intentaban atraparla, en un descuido Alik recibió un golpe con la puerta de su habitación, se tambaleo y cuando no pudo mantener más su equilibro su rodilla derecha toco el piso seguido de sus manos.


- Emma ayúdame, no me siento bien. Llama una ambulancia.

- Ese truco es muy viejo... No creas que soy tan tonta como para caer en él.

- Lo digo en serio mujer. Algo me está sucediendo.

- Por mí, lo mejor que te puede suceder en este momento es que te mueras.

Al darse cuenta que Emma no haría nada por ayudarlo, intentó llegar al teléfono que estaba en la mesa al lado de su cama, pero con cada movimiento sentía que se le iba la vida. Emma en su afán e incredulidad no dejaba de buscar en el baño algo con que defenderse. Dejó de escuchar los lamentos de Alik, pensó que se trataba de una trampa, sigilosamente fue asomando su cabeza para buscar donde se había escondido, se sorprendió al verlo tendido a un costado de su cama, no sabía realmente lo que estaba sucediendo, si era una broma o no, lo mejor para ella era salir lo más pronto posible de ese lugar sin dejar rastro de su presencia. Pero antes de hacerlo tenia que asegurarse que Alik recordara perfectamente lo que ella haría para arruinar sus planes de matrimonio.

Se acercó sutilmente hasta donde estaba Alik tirado, se quedó unos segundos observándolo, se sobresaltó un poco cuando lo vio respirar agitadamente y mover sus ojos sin sentido, creyó que todo se trataba de una artimaña para que ella lo dejara en paz. Se agachó y levantó su cabeza procurando que su oído no perdiera detalle alguno de lo que diría.


- Escúchame muy bien maldito bastardo, vas a recordar este día y desearas estar muerto, te destruiré, destruiré todo lo que sueñas ser al lado de esa infeliz, te quedaras sin nada, solo, sin prestigio y sin dinero. Tu vida estará acabada y cuando todo eso suceda, recuerda muy bien que fui yo quien lo hizo... Duerme mientras puedas.


Soltó su cabeza y lo dejo ahí, cuidadosamente recorrió con calma cada lugar de la casa donde estuvo,asegurándose de no dejar rastro de su presencia, tuvo la tentación de agarrar una de las copas, pero logró detenerse a tiempo, ya no era hora de estar allí.Debía terminar con lo pactado, volver a casa y descansar, los siguientes días serian un poco más ajetreados por todo el escándalo que desataría.

BelladonnaWhere stories live. Discover now