Belladonna

Lunes 30 de Abril del 2018.

Los negocios no estaban en su mejor punto según el último informe que le entregaron al señor Pattison, la crisis que había logrado superar en años anteriores en esta oportunidad estaba haciendo de las suyas, había tenido el infortunio de invertir parte de su capital en un negocio que al principio le había generado dividendos pero que en el momento que menos pensó y sin imaginarlo quebró al ser una captadora de dinero ilegal. Ningún miembro de su familia lo sabía, no tenía la cara para darles ese tipo de noticias. Pero a diferencia de las malas noticias había una que le llamaba la atención, era buena y podría mejorar, pero todo dependería de Alik, por eso decidió visitarlo.

Al llegar a la puerta de la casa que le había asignado años atrás, recordó la discusión que tuvieron en su momento cuando lo dejó a cargo de su propia vida y responsable de sus actos, casi nada había cambiado, estaba tal cual como la recordaba, incluso ni se había tomado la molestia de cambiar las cerraduras, no se sorprendió, era algo típico en él.

Al entrar, lo hizo con la esperanza de encontrar algo diferente a lo que había dejado años atrás, pero esa esperanza se disipo cuando llego a la habitación principal y encontró a su hijo acompañado por unas cuantas mujeres...

- Cuando vas a dejar de hacer estupideces. (Gritó al abrir la puerta.)

- Papá. ¿Qué haces acá?

- ¡Esta sigue siendo mi casa!

- Eso no responde mi pregunta.

- Que estas... Señoritas se vayan ahora mismo, te espero en la sala. ¡Ya!

- Como tú digas...

Alik sabía que no debía ser nada bueno, si su padre se había tomado la molestia de presentarse en una casa que ya había olvidado o eso creía. Su corazón se aceleró, verlo ahí después de tanto tiempo era extraño, de alguna manera era su padre y sentía algo de respeto. Despachó lo más rápido que pudo a sus acompañantes y se puso algo de ropa para salir al encuentro.

- Ahora sí. ¿Dime a qué debo el honor de tu visita?

- ¿Hasta cuando vas a dejar de comportarte como un cretino?

- Vaya, has llegado cariñoso por lo que veo. Te alegras mucho de verme después de tanto tiempo.

- ¿A esto te has dedicado todo este tiempo?

- A esto y a muchas otras cosas más.

- ¿Alik, qué hice mal contigo, que hicimos mal tu madre y yo?

- A mi madre no la metas en esto. Ella siempre me ha apoyado, en cambio tú... Tú siempre encuentras una forma para señalarme, para cuestionarme.

- Nunca nos podremos poner de acuerdo por lo que veo.

- En eso tienes razón.

- Hijo necesito que hablemos. Y que por primera vez tú pongas algo de tu parte, que estés de nuestro lado.

- De qué hablas, ya me estas asustando...

- Deberías asustarte.

- ¿Le paso algo a mamá?

- No, ella está bien. Por ahora...

- Ya me estas preocupando.

Como pocas veces en su vida el señor Pattison se sinceró con su hijo, le puso al tanto de toda la situación financiera por la que estaban atravesando, los malos movimientos financieros que había tenido el infortunio de hacer y el problema económico en el que ahora estaba metido.

- Así que por primera vez estás metido en problemas y no es por mi culpa.

- En eso te equivocas Alik, me involucre en esto precisamente para cubrir todos los vacíos económicos que nos generabas fiesta tras fiesta, de viaje en viaje...

- Me harás responsable por tus malas decisiones.

- Quizá no seas el culpable de todo, pero tienes parte de responsabilidad. La vida me castigo con un hijo al que poco le importa el bienestar de su familia.

- ¡A mí me castigo con un dictador!

- Pero no estoy aquí para que veamos quien tiene más culpa si tu o yo.

- Ahí es precisamente a donde quiero que lleguemos. ¿Dime a que has venido papá?

- Se de tu relación con Victoria Nejati.

- ¿Y?

- ¿Cómo que y?

- Sí, eso en que nos afecta.

- Que es una Nejati, su familia, su padre tiene contactos, tiene poder.

- Pero yo me acuesto con la hija, no con él.

- Que vulgar eres, pero tú mismo lo acabas de decir, su hija. Victoria es hija única, es la llave que necesitamos para salir de todos nuestros problemas.

- Papá, no sé cómo funcionaban las cosas en tu época, pero en esta es muy distinto. Son momentos, las relaciones van y vienen. Ahora estamos bien, no te lo voy a negar, pero nadie puede garantizar que vaya a ser para siempre.

- Pues tú te encargaras de que así sea, quizá no para siempre, pero sí mientras nos pueda ser útil.

- ¿Qué estas sugiriendo?

- Que por primera vez Alik pienses en alguien diferente que no sea en ti. Por favor no vayas a arruinar nuestra última oportunidad.

- ¿Arruinar? ¿De qué forma?

- Mírate, mira a tu alrededor, esta vez fui yo quien entro, pero ¿Y si hubiera sido ella? Todo estaría perdido.

- No me gusta la forma en la que lo dices, se un poco más claro. Ya tengo una relación con ella, qué más puedo hacer.

- ¡Casarte!

- ¿Disculpa? ¿Te metiste algo antes de venir a verme?

- A mí me respetas.

- Qué quieres que piense después de la locura que acabas de decir, yo no me voy a casar, no pienso casarme. El matrimonio arruina todas las relaciones.

- Lo harás, esto arreglara nuestras cuentas bancarias.

- Estás loco.

- Hasta el día de hoy has vivido de lo que te doy, o crees que no sé qué tu madre es la que te proporciona el dinero para vivir como se te da la gana. Pues si ese dinero se termina del todo, tú no tendrás como seguir costeando esta clase de vida. Así que piensa un poquito si es que el licor aún no ha quemado tus neuronas porque al parecer tu sensatez ya desapareció. Ese matrimonio te conviene más a ti que a nosotros. Pero si no lo quieres hacer por tu madre y por mí al menos hazlo para mantener toda esta mierda que te rodea.

- Así que tendré que ponerme la soga en el cuello... (Lo dijo en tono resignado)

- Todos en algún momento lo tenemos que hacer, algunos por amor, otros por beneficio propio. Pero al final todos lo hacemos.

- Eres consiente que Victoria y su familia no son tontos. ¿Verdad?

- Tendrás que sacar a relucir tu mejor actuación.

- ¿Y si se enteran de nuestra situación?

- Tendrás que actuar rápido, tienes unos meses para que no sea tan obvio el afán de emparentar con esa familia, máximo 10 meses o un año, no más que eso.