Lunes 31 de Diciembre 2018.

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"Solo conocerán la verdadera ira de un hombre el día que vea a su hija llorar."


La actitud de Mill lograba llamar la atención de todos los invitados, el señor Nejati la conocía desde hace mucho tiempo, de alguna manera también se sentía como un padre para ella, compartía negocios con sus padres, había un lazo bastante estrecho desde siempre, tuvo el impulso de acercarse a preguntarle si se sentía bien, pero la cantidad de personas en la fiesta le impedían llegar a su objetivo cada vez que intentaba hacerlo. Su teléfono sonó y decidió atender la llamada en el despacho principal, al terminarla quiso estar por un momento a solas y contemplar el oscuro cielo que era iluminado por las luces de la ocasión, nunca fue su intención escuchar una conversación a la cual no había sido invitado, pero allí estaba, sin desearlo, sin proponérselo, enterándose de todo.

La sangre le hirvió por todo su cuerpo, una rabia incontrolable se apoderaba de él, su hija estaba siendo traicionada por su prometido y su mejor amiga, esa niña a la que también vio crecer, a la que le abrió las puertas de su casa, ella había traicionado su confianza, pero lo más importante, le había fallado a su pequeña Victoria. Mil pensamientos cruzaron por su cabeza, tenía que hacer algo, su deber era protegerla de ese par de sabandijas que estaban riéndose a espaldas de su hija.

El sonido de su móvil interrumpió sus pensamientos y sin que lo notaran salió de ese lugar evitando llamar la atención, intentó disimular, pero el gesto que su rostro marcaba lo estaba delatando, no podía salir de su asombro, en su cabeza solo se repetía una y otra vez lo que había escuchado tratando de encontrarle sentido alguno, pero era imposible. Un hombre de negocios como él, estaba acostumbrado a las traiciones, no había llegado hasta donde estaba sin conocer la traición y las mentiras, pero fallarle a quien era como tu hermana, a quienes te habían tratado como una más de la familia era algo que no estaba en su entender y por supuesto no se iba a quedar así.

Se encontraba en una encrucijada, sentía que debía sincerarse con su hija, pero temía lo que pasaría con ella después de contarle la verdad, por otro lado, guardar silencio lo convertiría en cómplice de una terrible traición. Debía tomar una decisión y debía hacerlo pronto, jamás permitiría que su hija uniera su vida a un farsante como Alik, si debía destruirlo a él o a su familia lo haría sin remordimiento.

Victoria había llegado a su lado, solo deseaba abrazarla y protegerla, sintió tantas ganas de quitarle la máscara a Millie frente a todos, pero no era el momento y no era lo apropiado, verla cerca de su hija le repugnaba, pero debía soportar por el bien de todos.

Nunca antes en todos los años de tradición, había deseado tanto que terminara esa fiesta sin sentido, estaba cansado de fingir, pero esto hasta hora empezaba. Sin pensarlo dirigió su miraba a la puerta y su mirada se encontró justamente con la de Alik, esté estaba caminando directamente hasta él pero no se iba a quedar ahí para estrechar la mano de un animal, no fue sutil, el desaire fue evidente para Alik pero nadie más se percató de ello, Alik se sorprendió pero no le dio importancia, estaba más preocupado por lo que Mill le pudiera estar diciendo a Vic que por el desplante de su futuro suegro.

BelladonnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora