Nenúfar - Pureza de corazón

C05 - Quinto día de no ser humano

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La voz transmitida en su conciencia era muy ligera, como si estuviera hablando mientras dormía.

El vínculo espiritual continuó, pero el dueño de la voz ya no habló.

Sus oídos aún captaban instintivamente todos los sonidos en su entorno, pero los sonidos que hacían que Alves se pusiera irritable e impaciente parecían desaparecer. Todo lo que podía escuchar era la respiración superficial en su conciencia.

Esta no era la primera vez que Alves había escuchado el sonido. Al igual que los otros Zerg, recibió el breve vínculo espiritual hace dos días.

En ese momento, estaba en medio de la batalla y en un estado de alto combate.

A diferencia de los otros Zerg, Alves no sintió ninguna subordinación debido a este vínculo espiritual.

Tal vez se debió a ser un Zerg de clase alfa o porque era un tipo diferente del resto de los Zerg, pero solo estaba irritado por este vínculo espiritual.

No entendía por qué, pero esta irritabilidad era tan aguda que casi quería perder la cordura.

Ahora, la segunda vez que escuchó la voz, se calmó.

Era difícil entender la diferencia entre las dos veces, pero el sonido de la respiración ahora hacía que Alves sacudiera inconscientemente su cola plateada. La presión terriblemente fría a su alrededor se redujo a una indiferencia ordinaria.

Este significado fue claro.

Alger, que se había estado escondiendo a pocos metros de distancia, pronto encontró la diferencia y corrió.

―Líder, ¿a dónde vamos ahora? ―Alger reprimió la vacilación de su corazón y miró al Zerg de cabello plateado frente a él.

La expresión de Alves era fría y no respondió de inmediato. En su silencio, Alger agregó: ―Hay algo de lo que informarle. Algunos de nuestros soldados se fueron solos, pero este subordinado no los detuvo...

No pudo detenerlos.

En el corazón de Alger, tal vez no pudiera salir en busca del rey, pero esperaba que los demás Zerg lo encontraran.

Quería que lo precioso que no había visto estuviera protegido. Por lo tanto, Alger no intentó controlar a los Zerg que deberían haber sido considerados traidores.

Su moderación ya había sido sacudida hasta los límites. No fue sólo Alger. Los soldados Zerg veían partir a sus colegas y estaban influidos por el mismo deseo egoísta. Por lo tanto, no vieron esto como una traición.

Incluso una persona estaba bien. Si una persona podía encontrar rápidamente al rey y protegerlo...

―¿Por qué no se fueron tú y los demás? No se dijo nada de traición. ―Preguntó Alves sin expresión.

―Si quieres irte, Yula debería ir contigo. ―El tono de Alves era frío, por eso era tan difícil discernir las emociones.

Yula se refería a los buques de guerra biológicos de los zerg.

Al igual que los Tak, los Yula eran un grupo étnico especializado en proporcionar transporte, combate aéreo y otro tipo de ayuda a los Zerg.

En marcado contraste con los buques de guerra de las demás razas, la nave Zerg tenía conciencia. A ojos de otras razas, eran un monstruo que podía transformarse a voluntad.

―No creas que podemos traicionarte tan fácilmente... no podemos buscar sin que nos des una orden. ―Afirmó Alger. ―Sin embargo, no sé lo que el Yula está pensando. El peor resultado es que el Yula nos abandone sin avisar.