Nueve

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Mientras Minerva dictaba y Nora escribía en la libreta, yo me dedicaba a pintar los dibujos que habíamos hecho en la cartulina. Nora dibujaba realmente bien.

—Creo que sacaremos una buena nota —dije con cuidado de no saltarme la línea de color negro.

—La mejor de la clase, obviamente —respondió Minerva entre risas.

—Mis dibujos de las mitocondrias seducirán al señor Smith y lo sabéis —añadió Nora.

La habitación de Nora era la más grande de toda la casa. Tenía incluso un pequeño balcón con plantas. Estábamos en la última semana de noviembre y diciembre ya asomaba a la vuelta de la esquina. Pronto caerían las primeras nevadas.

—Pronto llegará el baile de invierno. ¿Quién creéis que os pedirá que seáis su acompañante?

—No lo sé, pero espero que Harry me lo pida a mí —respondió Nora.

—Tú sigue soñando y verás que te quedarás sin dientes —contestó Minerva, que puso los ojos en blanco—. ¿Y tú, Esme?

¿Quién crees que te pedirá ir al baile contigo?

—No lo sé, todavía no conozco a muchos chicos. Creo que no iré.

—¡Vamos, Esme! Aunque no conozcas a nadie, puedes ir con Nora —bromeó Minerva, y Nora le dio un golpe en el brazo.

En realidad solo conocía a Harry. Había chicos en mi clase de Geología, como Sam Bolton o Nicholas Bent. Eran simpáticos y siempre me ayudaban cuando íbamos al laboratorio porque yo era una negada, pero no me gustaban.

—Y tú, Minerva, ¿quién crees que te lo pedirá? —preguntó Nora. Ambas la miramos, expectantes.

—A mí ya me lo han pedido —murmuró con altivez y en un tono presumido. Entonces, rompió a reír a carcajadas.

—¡Serás...! —exclamó Nora—. ¡No nos lo habías dicho! Di, Minerva, ¿quién te lo ha pedido?

—Eso, ¿quién te lo ha pedido? —Me moría de ganas por saberlo.

Solamente esperaba no escuchar un nombre. Si Harry se lo había pedido a ella, entonces ya no tendría ninguna opción de ir al baile.

—¡Está bien, está bien! —exclamó Minerva alzando los brazos entre risas—. Me lo ha pedido Max Brooks.

No sabía quién era aquel Max Brooks, pero Nora gritó y se puso de pie enseguida.

—¿¡Max Brooks!? ¿Qué clase de imán tienes?

Minerva ladeó un poco la cabeza y miró hacia el suelo algo avergonzada.

—Bueno... Es que Max y yo... —comenzó a decir, pero la interrumpió.

—Vamos, Minerva. ¡Cuéntanos!

—Fuimos a dar una vuelta por el campo de fútbol. Me enseñó las instalaciones.

—Y no te enseñaría el cuarto de la limpieza, ¿verdad? —inquirió Nora, con total seriedad.

—¡Nora! —exclamó Minerva al darse cuenta de lo que había querido decir.

Nora rio.

—Perdón, chicas, pero ¿quién es Max?

Me sentía un poco tonta porque ellas hablaban de chicos y chicas que yo todavía no conocía.

—Max Brooks es el capitán del equipo de fútbol —informó Nora y asentí—. Max es ese chico rubio, de ojos azules y pálido que siempre se sienta en la mesa de los deportistas.

Greenwood II SAGA COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora