• CAPÍTULO 15 •

2.8K 241 63
                                    

Entro a la oficina de rulitos sin que nadie se de cuenta -Obviamente entro sin tocar como siempre- y le pongo seguro a la puerta.
Está tan concentrado en su trabajo que no se percata cuando me acerco silenciosamente.

—¿Ocupado, rulitos?

—Para ti nunca, mi princesa. —Me sonríe y es suficiente para que yo vaya a sentarme en sus piernas—¿Lista para la película?

—Si.

—Hoy has estado muy feliz, ¿Hay algo que tenga que saber?

—Estoy feliz porque me has levantado el castigo.

—¿Ah si?—Pregunta coqueto y me besa—Entonces pórtate bien para que ya no tengas castigos. Tú mereces vida de princesa.

Vuelve a besarme y en eso mi celular vibra; él fue más rápido que yo y me lo quita enseguida.
Es una notificación de Derek.

Número desconocido:
Hay que hablar bien, deja tu puto orgullo de lado, deja de ignorarme.

—¿Quién es?

—Nadie. —Se lo quito.

—Dime ahora, quién putas es.

—Es alguien sin importancia, ¿Podemos irnos al cine ya?

—No hasta que me digas de quién es ese mensaje.

—Es de un chico de mi universidad, un compañero. Me ha estado molestando diciéndome cosas de que quiere que nos veamos y cosas así...—Miento—Pero lo tengo bajo control.

—Dame nombre y apellido. Voy a matarlo.

—¡No!

—Aprende, Karol. —¿Ya no soy princesa?—Si alguien te estorba en la vida, quítalo de tu camino.
Eso es algo de lo que vas a ir aprendiendo al paso del tiempo; ahora dime nombre y apellido para mandar a matarlo.

—Ey, lo tengo bajo control. —Lo beso—Deja que yo me encargue, me puedo defender sola.

—¿Segura?—Si, estoy segura que no quiero que maten a Derek.

—Si. ¿Podemos ya ir al cine?

—Bien, adelántate porque tengo que guardar unos documentos antes.

—Vale.

Intento irme pero él me detiene y me besa; segundos después me deja libre pero cuando vengo en el pasillo comienzo a tener cosquillas en los labios.
Rulitos tiene una manera muy agresiva en dar besos, muy posesiva, apasionada y con un cierto deseo que mataría a cualquier chica.
Eso me encanta.

Estoy cerca de llegar al cine cuando observo a alguien hablando por teléfono no muy lejos de ahí.
Quise hacerme la idiota y pasarme de largo pero desgraciadamente me ha visto y se ha acercado a mi.

—Mi chica, ¿Vas al cine?

—No soy tu chica, déjame en paz.

—¿Siempre eres tan agresiva?

—Con los mentirosos si.

—Tú también me mentiste.

—Lo sé. —Me alzo de hombros.

—Eres una chica difícil.

—Que no quisiera viajar en tu Ferrari y malgastar tus millones no me hace una mujer difícil, sólo una mujer inteligente y no interesada.

—Lo del Ferrari me funciona con todas.

—Pues conmigo no.

—Que lastima... me hubiera encantado llevarte a cenar y poder pasar una buena noche en mi habitación. Tú, yo... velas aromáticas. ¡Sólo imagínate la escena! Tú en cuatro sobre la cama y yo clavándote mi verga.

Tú, Yo y El Mal Onde as histórias ganham vida. Descobre agora