Liam Davis

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Dejo la última caja de la mudanza en el suelo y me estiro para descansar un poco.
Nos hemos tenido que mudar de mansión dado a los ataques para encontrar a mi amiga, pero esta casa no es en la que estaremos los del equipo Sevilla, sino que aquí estarán los Pasquarelli.
Yo simplemente he ayudado con el cargamento porque me lo han pedido de por favor.
Es claro que todos los trabajadores están ocasionando desastres allá afuera.

—¿Me puedes ayudar a mover ese cuadro por favor?

—Por supuesto.

Ana es la encargada de decorar la nueva mansión, ahora vivirán en una ciudad de Ohio, a las afueras, eso es para tener privacidad.

Por otro lado, Hermes ha decidido que nosotros nos iremos a Indiana. ¿Por qué a ese país? No tengo ni la menor idea. Hace mucho que ellos no se les ve por aquí últimamente, Ruggero y él han estado ocupados tratando de resolver el tema y son casi inseparables.

Lo bueno de todo esto es que después de que acabe estaremos viviendo lejos unos de los otros.

—¿Aquí está bien?

—Perfecto. ¿Te quedarás a cenar?

—Yo...

—Dale Liam, no me dejes sola con la pesada de Natalia. Con esto del embarazo se ha estado portando muy insoportable.

Ah si, Natalia Marsden está esperando un bebé de Ruggero. Lleva ya casi un mes, la verdad no voy contando pero ya le faltan pocos días para cumplirlo.

—Hoy llegan los demás, eso tengo entendido.

—Lo sé, pero no tengo idea si estarán para la hora de la cena y de verdad de verdad de verdad no me gusta para nada aquella chica.

—Bien, me quedaré.

—¡Gracias!

Seguimos desempacando algunas cajas y me percato de que esta mansión es incluso más grande que la otra, pero lo que tiene de diferente es que su patio trasero es mucho más grande y cuenta con más laboratorios pues Agustin ha estado enseñándoles a las niñas Brooks un poco de química.

El tiempo pasa, el cielo se oscurece y nos dirigimos al gran comedor que tiene prendida una televisión para ver el noticiero.

Ana se mueve de un lado a otro colocando la comida en su lugar.
Yo no conocí tanto a la pelirroja antes de que fuese secuestrara, tenía entendido de que era una "lagartona" como alguna vez le llamó Karol.
Pero sin duda ahora es una mujer nueva, es una mujer que ha cambiado y no sé si para bien o para mal porque ahora aprovecha todo al máximo.
¿A qué me refiero?

—¿Te gusta? Hice poca ensalada porque somos pocos y no quiero que se desperdicie la comida.

A eso me refiero.

—Es suficiente.

Puedo ver que uno de sus traumas es la comida y el hecho de que no se desperdicie.
Eso me dice que sufrió mucha hambre.

También aprovecha cuando sus amigos/hermanos están aquí en casa y les recuerda que los quiere mucho.

Hablando del Rey de roma...

—¿Me afeité bien?

—Te ves guapísimo Simón, ya hacia falta que te quitases aquella barba.

—No lo sé, tal vez la barba me sienta mejor.

—Te veías más viejo.

Simón se percata de mi presencia y me sonríe.
Pasa de largo, y cuando nos sentamos para comer los tres la puerta se abre y entran Ruggero y Hermes.

Tú, Yo y El Mal Where stories live. Discover now