• CAPÍTULO 39 •

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Karol Sevilla

Entro al gimnasio que me queda más cerca de la casa de mi madre. Hermes me ha pagado una mensualidad aquí y no pienso desaprovecharla.
Sigo de vacaciones, así que no me cuesta el venir a las ocho de la la mañana.
Recorro el lugar con la mirada y comienzo con mi primera hora de rutina.

Tras pasar el tiempo me dirijo a otro aparato para hacer abdomen y brazo. Cargo con más pesas y miro a través de la gran ventana de cristal que da hacia el bonito jardín del gimnasio. Tengo entendido que aquí es un deportivo y por eso allá afuera hay albercas y canchas de todo tipo; tanto de soccer como de tenis.

Es muy lindo, me gustaría venir aquí todos los días pero sé que no es posible porque soy estudiante de universidad. Pero haré todo lo posible por asistir los días que tenga disponibles.

—¿Tardarás mucho?

—Tardaré lo que tenga que tardar.

—Quiero usar la máquina.

—Que pena tu caso —Volteo la mirada para encararlo pero me encuentro con la bella sorpresa de que es mi profesor—¿No es suficiente el vernos en la universidad? Porque para mi sí.

—Vengo a este gimnasio desde mucho antes que tú.

—Me alegro, me dejas entendido que ya conoces todo el lugar y que te puedes marchar de mi vista para que ya no te vea.

—Creí que tu papel de chica mala solo era en la universidad, pero veo que también aquí afuera.

—¿Papel? Yo no actúo.

—Déjame entrenar contigo.

—No.

—Para mi fue un sí —Ruedo los ojos cuando se sienta a mi lado. Después lo miro con determinación y le noto cada rastro de su aspecto. Su cabello rubio sigue intacto, no tiene ni una gota de sudor.

—¿Acabas de llegar?

—No, ya tengo rato aquí.

—Ah —Miente—¿Y en qué sección estabas?

—No estaba entrenando, estaba viendo la pelea.

—¿Pelea?

—Hay un torneo de boxeo aquí —Wow—Hubo una pequeña pelea en el cuadrilátero hace unos minutos.

—¿Boxeas?

—Pues claro —Se ríe—Se me da muy bien pero no me llevo con nadie de aquí que no tenga pareja de boxeo, así que nunca podré entrar a esa sección.

—Yo soy buena boxeando.

—Uy si, como no.

—Llévame a donde dices —No me contesta—Daniel Jones, llévame al maldito lugar de boxeo porque quiero ir.

—¿Sabes? Me he dado cuenta de que nunca nos hablamos de usted. Desde un principio dejamos las formalidades de lado. Porque yo creo que me deberías de tener un poco de respeto, soy tu profesor.

Tú, Yo y El Mal Où les histoires vivent. Découvrez maintenant