• CAPÍTULO 77 •

1.8K 195 286
                                    

Me miró sin entender lo que estaba haciendo ahí, parada en su oficina, sin antes dar un previo aviso. Yo tampoco entendía lo que hacía ahí, pero sentía la severa necesidad de venir a hablar con él.

—Princesa, pasa, sabes que esta es tu casa.

Así lo hice, él se acomodó en su sitio dejando las hojas de lado que más bien parecían un obsequio para alguien, apenas estaba forrando hojas con papel de regalo rosa.
Al sentarme a su lado, me quedé mirando el escritorio de enfrente y el gran cuadro que había ahí de mi, estaba desnuda.
Había notado varios retratos míos al llegar hasta acá, jamás creí encontrarme tan alabada como una diosa griega para él, el hombre que odié con toda mi vida.

Me quedo callada por unos segundos, hasta que decido hablar mostrándole mi anillo de bodas.

—Estoy comprometida con Harry —digo, quitándomelo y jugando con él unos segundos antes de volvérmelo a poner—Bueno, estaba.

—Me lo supuse, trabajabas para él.

—¿Hermes te lo dijo?

—Supuse que Madison te vió alguna vez —asiento, dándole la razón—¿Mis sospechas eran ciertas?

—Un hombre quería abusar de la niña, yo sólo la defendí.

—Te lo agradezco, si algo le hubiera pasado...—suspira—¿Te sucede algo? Eres la persona que nunca creí volver a ver por aquí.

—Tú alguna vez me dijiste que... que eras la única persona en la que yo puedo confiar —mi voz se quiebra, y aunque él lo nota no me importa. Ya nada me importa en este momento—Harry me engañó.

—...Veo que te enteraste lo de su otra familia.

»¿Qué?«

—¿Tú lo sabias? —asiente, desviando la mirada por unos segundos, la vuelve a posar en mi—¿Por que nunca me dijiste?

—Te podré encerrar en una celda, podrás ser castigada, torturada y todo lo que sea —hace una pausa—Pero tú te enamoraste de un hombre, y el decirte eso te destrozaría. Yo... yo no fui capaz de destrozarte con eso.

Lo miro sin entender, y después, me río.

—¿De qué te ríes?

—De ti —me fulmina y tras unos segundos, vuelvo a mi estado natural—Yo no tenía idea de que Derek era Harry —me muerdo el labio nerviosa—Eres muy inteligente, ¿por qué no creíste en mi? ¿Por qué me tachaste de mentirosa?

—Yo no te taché de nada, sabía que decías la verdad.

—¿Y por qué me encerraste? Fueron los peores meses de mi vida, Ruggero. Aunque siento que eso no se compara a lo que ahorita estoy sintiendo.

Suspira haciendo nuevamente una breve pausa para ordenar sus ideas, yo lo miro en espera.

—Todo lo que hago tiene un propósito, princesa. Todo, absolutamente todo.

—No veo tu propósito de torturarme.

—Lo hice para formar tu carácter. Te estaba sintiendo un poco blanda, sé que eras una mujer muy fuerte, pero yo quería sacar a relucir toda tu maldad.
Te encerré por meses para que me odiaras, para que estuvieras sedienta de venganza, para que me quisieras matar y quisieras matar a todo aquel que se burló de ti o te hizo sentir inferior.
Simplemente... quería sacar la verdadera Karol.

—¿A qué costo?

—Cuando saliste de la celda toda mojada, ensangrentada y con cicatrices cerradas y abiertas, todos lo que miraban era un saco de mierda.
Pero yo, yo miraba al amor de mi vida. Esa que se había hecho más fuerte, la que quería quemar al mundo.

Tú, Yo y El Mal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora