• CAPÍTULO 3 •

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Cuando llegó el Lunes de la otra semana, las cosas se pusieron muy interesantes ya que Sergio había vuelto a la escuela en muletas y ahora todos se burlaban de él.
Llegué a la cafetería y lo visualicé sentado con sus amigos con una cara de perro y pasé triunfante por un lado de él hasta llegar a la mesa habitual donde mis amigos y más compañeros nos sentábamos.

En la universidad no es que sea una chica popular, claramente no lo era. Ese más bien era Liam y Valentina que se la pasaban de fiesta en fiesta.
Yo era mas bien "Media Popular" o mas bien "Reconocida" porque salía con Sergio y ellos eran mis amigos.

Y no es que sea tímida ni nada por el estilo, de hecho, yo de tímida no tengo nada pues mi carácter siempre ha sido rudo y audaz.
Lo que pasa es que mi hermano y mi padre siempre me recuerdan que debo de pasar de inadvertida por los demás.
Se me tiene prohibido hablar sobre la profesión de ellos, se me tiene incluso prohibido hablar de ellos aquí en la universidad, así que cuando las zorras que están interesadas en mi hermano me preguntan sobre él jamás les contesto.

Es absurdo que Hermes quiera pasar de inadvertido cuando él es el que llama más la atención cuando me viene a dejar a la universidad, pero bueno.

Nadie le ha visto el rostro a mi padre mas que Sergio.
La policía sabe que en ésta ciudad hay Mafiosos que hacen negocios ilegales mas sin embargo no saben la identidad de mi padre y si eso llegase a pasar, irían directo por él.

¿Qué negocios hace?
Trafica cosas ilegales y hace préstamos a personas.
Me da cosita saber que las personas que no cumplen con el préstamo les va mal. Me refiero a que si una persona no le paga a mi padre lo que le prestó, pueden incluso matarlo.

A veces cuando me pongo a pensar en estas cosas, entiendo el por que mi madre se ha marchado de la casa.

—Bien, ¿Qué tanto piensas, preciosa?

—Déjame en paz Adrian. No ando de humor como para que me hables.

—Ya has conseguido lo que querías ¿No?

—¿Perdón?

—Ridiculizar al idiota que no te valoró.

—Yo no busco venganza hasta que se meten conmigo muy cabrón.

—Es un pobre gilipollas que no te merecía. —Aquí vamos de vuelta—Deberías salir conmigo, yo sí te valoraría por la mujer que eres y...

—Oye Valentina, como que el clima está muy sabroso ¿No?—Lo interrumpí cambiando de tema—Dan ganas como de no hacer nada.

—Yo digo que hay que ir al cine. —Se adelantó Liam, dejando de besar a la chica que tenía a su lado para mirarnos a ambas.

—Ir contigo al cine es una cagada. El género de película que eliges es horrible.

—Que tú elijas películas donde siempre los Villanos ganan y que hayan muertos no es mi problema. Yo prefiero las películas donde los animales hablan, donde hay dibujos animados o donde acaben en finales felices.

—¡Ya estás grande! Las películas de Disney no son para ti.

—¿Y si vamos a la playa?—Comentó la ligue de Liam llamando nuestra atención—Mi tio tiene una casa allá y seguro que no se molestará en prestárnosla.

—¿Harías eso por mi?—Le susurró Liam antes de besarla—Amaría verte desnuda a la luz de la fogata.

—Yo amaría que me vieras desnuda cuando quieras.

—Mejor cállate y sígueme besando. —Liam es un mujeriego, pero aquí en la universidad hay chicos peores que él y de eso estoy segura.

—Suena bien lo de la playa. —Dijo Valentina—¿Vamos el fin de semana?

Tú, Yo y El Mal Where stories live. Discover now