• CAPÍTULO 66 •

1.4K 156 145
                                    

Karol Sevilla

Siento como si estuviera en alguna película de ficción.
Una donde ves a la persona que más te ha traicionado detrás de un espejo blindado. Los agentes Jackson y Turner le hacen preguntas que se niega a contestar sin un abogado.

Lo miro cruzada de brazos incapaz de recordar algún momento feliz sin saber que muy en el fondo todos fueron mentira porque nunca me quiso o le importé muy poco como para haberme regalado a un hombre malo.

—¿Qué relación tiene con el señor Ruggero Pasquarelli alias "el rey"?

—No lo conozco.

—No se haga el desentendido, tratamos de hacer este interrogatorio a la buena y si no gusta cooperar tendremos que sacar otras tácticas así que por su bien le recomendamos que hable.

—¿Acaso usarán la fuerza conmigo? Yo no diré nada porque tengo derecho a un abogado.

—Veo que no quiere cooperar —Harry se posiciona detrás de mi—Tendremos que traer los elementos de tortura.

—¿Torturarás a tu suegro? —bromeo volteando a verlo—Eso no es muy lindo de tu parte.

—Si tú me dices que no lo torture pues no lo hago.

—Para nada, deberías de usar electricidad con él. O de plano matarlo.

—No puedo hacer eso —suspira—Lamento haberte despertado para que vinieras a verlo, creí que te pondría feliz ver que lo arrestamos.

—Ese hombre jamás me pondrá feliz —vuelvo a verlo, es tan desagradable tenerlo ante mi.

—¿Qué hay sobre su hija Karol Sevilla? —le preguntan—No somos tontos, sabemos que usted la comprometió en una relación con Ruggero, ¿también negará eso?

—Si no hay pruebas no diré nada.

La furia me invade en menos de dos segundos y para cuando quiero reaccionar, ya había abierto la puerta para entrar al interrogatorio.

Cierro la puerta, mi padre se me queda mirando sin entender nada y para mi mejor.

—Hija... tú...

—Te jodiste Hades, es mejor que hables desde ahora porque después será peor.

—¿Tú qué haces aquí?

—¿Quién crees que ayudó a dar contigo?

—Tú serias incapaz.

—Pues mírame, aquí estoy —el detective Jonson me sede su asiento frente a él—¡Vas a contestar todas las preguntas quieras o no!

—Hija...

—¿¡Dónde mierda quedaron tus estúpidas reglas!?

—¿Mis qué?

—¡Tus reglas! Las malditas reglas que dijiste que siempre debía de cumplir al pie de la letra.
Un Sevilla debe de tener Sinceridad, Lealtad, Respeto y Palabra. ¿Dónde quedaron las reglas? ¿Acaso pensabas que no sabía lo de tu amante? ¿Acaso me crees tan estúpida? Le juraste lealtad a mi madre sobre toda las cosas y mírate, me das vergüenza.

—¿Por qué me haces esto? ¿Por qué me entregaste? Somos familia Karol, todos allá afuera te están buscando y tú... ¿juegas a hacer policía? Me decepcionas.

—Qué pena, lastima que no me importas.

—Eres una vergüenza para nuestro apellido.

—¿¡Yo una vergüenza!? ¿¡Yo!? —me altero—Yo sólo soy una víctima del apellido Sevilla.

Tú, Yo y El Mal Where stories live. Discover now