• CAPÍTULO 72 •

1.4K 192 214
                                    

Miami Florida. Aquí es donde Hermes había escondido a nuestra gente.
Había estado charlando con mi hermano acerca de cómo es que lograron ubicarnos, y fue sencillo el plan que se les ocurrió. De hecho, demasiado simple a mi parecer.

Hace cinco meses a Ruggero se le ocurrió volverse a ubicar en otro sitio, antes ellos estaban en Ohio, después en New Jersey como anteriormente ya sabía porque había visto a una de las niñas Brooks en una discoteca y la defendí de un tipo que quería abusar de ella. Ahora se encuentra en otro sitio, en Virginia Richmond. Lo suficientemente lejos de nosotros.

Después de que se ubicaron en otros sitios, decidieron parar las matanzas que hacían, detener los atentados al gobierno y así hacer que lo perdamos de vista.
Ruggero y mi hermano trabajaron por las sombras, se volvieron invisibles para nosotros y fueron sacando información poco a poco hasta que dieron con que yo no estaba en una prisión, sino que me hacían "trabajar" para ellos. Lo que no saben es que estoy comprometida, que formé amigos nuevos y que era bien recibida por la familia Moore. Así que decidí no decirles eso.

Después de varias horas, llegamos al siguiente día y toda la tarde me dediqué a descansar.
Para la noche, me metí a la ducha y salí porque mi hermano había organizado una cena de bienvenida para mi. Por suerte no estaba nadie del bando de Ruggero, así que la cena iba a ser tranquila.

—¿Y ella quién es, chimpancé? —Maxon me cuestiona, la señora Carmen está más que pálida por su cercanía.

—Ella es la señora Carmen Medina —me aclaro la garganta al ver que todos me miran—Es mi amiga y... mi psiquiatra.

—¿Por qué tendrías una psiquiatra? —Valentina—¿Te ocurre algo?

—Es mejor sentarnos a cenar, estoy hambrienta.

Ignoro sus miradas, siento a la señora Carmen de mi lado y vemos a Luz Stone servir la cena con otras muchas más mucamas.
Bratt la regaña por lo bajo para que ya se siente y después de tanto, ya estamos todos en nuestros sitios. Liam está de mi otro lado.

—Es mucha carne roja para usted —Carmen me susurra—No puede perder su dieta que le puso la nutrióloga.

—Es sólo por hoy, anda, come.

—El sujeto a mi lado me aterra.

—Es Maxon, es un buen chico. Sólo mata si se ve en riesgo.

Traga saliva, se acomoda en su silla y comienzo a comer para no hablar. Pero las preguntas vuelan, sé que todos quieren saber cosas, pero yo no tengo ánimos de decir nada.

—Debió de haber sido difícil para ti, hermana. El haberte separado de todos nosotros.

—¿Te torturaron? ¿Qué te hicieron?

—¿Por qué no te ves demacrada?

—¿Por qué una psiquiatra? ¿Qué te pasa?

Bloquee mi mente de toda pregunta. Seguía masticando sin querer contestar, y una vez que ya todos se callaron, decidí hablar.

—Estoy muy cansada, no tengo ganas de hablar mucho sobre lo que me pasó allá —bebo jugo—Prometo que se los contaré, pero no esta noche.

—Papá fue arrestado. No sabía si sabias sobre eso, sólo para informarte.

—Es una lástima —continúo—¿Y mis sobrinos?

Ahí fue cuando la mesa se quedó en silencio. Hermes frunció el ceño y bajó la mirada algo triste, ¿qué mierda les ha pasado?

—Elena vino por ellos hace muchos meses. No hemos tenido comunicación, ya no sé nada de ellos.

—¿Dejaste que se fueran?

Tú, Yo y El Mal Место, где живут истории. Откройте их для себя