• CAPÍTULO 80 •

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Ruggero Pasquarelli

Por casi un año fue un sueño para mi el volver a tenerla en mis brazos. El volver poder besarla y el volver a sentirme completo y satisfecho en la vida.
Pero nunca creí que Karol regresaría así de cambiada.

—Usted me va a explicar ahora mismo lo que le sucede a Karol con sus ataques de celos —acorralo a su psiquiatra en la cocina estando solos—Hable ahora.

La señora suspira como si se viera venir mi pregunta desde hace tiempo.

—Hable. Ya.

—Usted le hizo mucho daño a la señorita Karol.

—Ahorremos esa charla donde me acusa mis crímenes que ya se, he leído su expediente, ahora hable o la haré hablar.

—Si no me va a dejar terminar, mejor máteme —rueda los ojos, maldita igualada—Usted le hizo mucho daño. Ya todos sabemos lo que le provocó el encierro, la muerte de su abuela, y más cosas que tengo prohibido decir —se alza de hombros—Los daños que usted le provocó fueron al orgullo, así como daños físicos y mentales.
Jamás creí que habría otra persona peor que usted, digo, ¡La encerró y la torturó! —hace una pausa—Pero me he equivocado, porque hubo otra persona que le hizo más daño. Y ese fue Harry.

—¿Moore?

—El de él no fue daño fisco ni psicológico, fue más bien daño al corazón. No me sorprende que se haya ido a matar a personas en este mes que pasó, ella solamente quería desahogar sus penas.

—No entiendo a dónde va todo esto.

—Verá, como el daño que siente ahora Karol es a causa de un corazón roto, ahora se refugiará en usted y en sus brazos.

—Sigo sin entender.

—Harry la traicionó. El que usted le diga a ella que la ama le gusta, la alimenta por dentro. Harry también la ama, pero cuando Karol intentó hacer un trato con él hace unos días para dejar de matar a personas, él cometió el error de insultarla y prácticamente decirle que estaba loca por, ya sabe, su enfermedad.
La traición, más el insulto, la ha destrozado.

—¡Explíquese bien!

—¡Si Karol se siente amada con usted, no lo querrá perder! —me grita, igualada—Sólo busca amor, busca atención, busca ser la única de sus ojos para que su amor no se vaya como siente que se le fue el amor a Harry. Karol quiere ser la única para usted.

—Espere, ¿habla de que Karol... depende de mi?

Se ríe.

—Karol no depende de nadie. Probablemente si usted la hace a un lado ella regrese a lo que sucedió este mes. A matar, drogarse, fumar, alcoholizarse y hacer todas esas cosas. O tal vez peor, porque serían dos corazones rotos.

—¿Dos corazones rotos? —sonrío—¿Eso quiere decir que Karol me quiere?

—Yo no diría...

—¡Claro! ¡Por eso me cela! ¡Porque me quiere!

—Creo que no me estás entendiendo.

Tú, Yo y El Mal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora