• CAPÍTULO 70 •

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Ruggero Pasquarelli

—Más propuestas por favor, ¡esto no es un circo! ¡Todo lo que me traen son payasadas! ¡Necesito cosas claras!

—Yo propongo adueñarnos de America latina.

—¡Aburrido!

—Destruir la torre Eiffel.

—¡No! ¡Aburrido! Necesito algo que sirva para que el gobierno se entere de que sigo destruyendo el mundo. Son una bola de inadaptados.
¡Tráiganme agua!

La criada se acerca en seguida y me tomo mi tiempo para terminármela.
Estoy en una junta en la nueva mansión de New Jersey con decanos, ministros y ex presidentes que me ayudan con lo que quieren hacer, pero nadie me trae buenas ideas.

Es muy noche, y me estoy estresando.

—Podemos sumergirnos en la Web oscura y revelarlos al aire...

—¿¡Para qué!? ¡Esa no es una idea buena! —golpeo la mesa—No sé ni qué coños hacen ustedes aquí si no me servirán de ayuda. Debí de haber hecho la junta solo con mi élite —los miro, aquí está Agustin, Dalton, Sophia y Ana—Les doy unos minutos para que piensen y después quiero que me den ideas frescas.

—Es que todo el gobierno a aumentado su vigilancia, señor.

—¡El gobierno son ustedes! Corrupto pero lo son.

—Podemos difundir las fotos desnudas de las personas importantes —Dalton se ríe y yo lo fulmino—Admite que es una buena idea.

—Podemos ubicar a la familia de los altos rangos y matarlos —propone Sophia y eso me gusta—No harán otra cosa más que tratar de proteger a los que les importan y nos darán el paradero de Sevilla.

—Interesante idea Miller, me gusta.

—De hecho, aquí traigo la propuesta desarrollada más a fondo y traigo los nombres de las personas que...

—¡Ruggero! ¡Ruggero! —la puerta se abre de golpe, es Lily—¡Ruggero!

—¡Ahora no Lily! ¡Estoy ocupado!

—¡Ruggero, es Madison! ¡No la encuentro! —me paro en seguida—Estábamos en una discoteca, un chico comenzó a bailar con ella y de ahí en fueras no la encuentro, creo que la han drogado.

—¿¡Se escaparon a una discoteca!? ¿¡Sin mi permiso!?

—Señor Ruggero eso no es importante, tengo una propuesta que...

—¡Junta cancelada! ¡Voy por Madison!

Dejo a todos con la palabra en la boca y salgo a paso firme con mi pistola cargada detrás de Lily.
Las peores cosas se me pasan por la cabeza, maldita sea, voy a matar al hijo de puta que la drogó.

Tomo un coche, Lily viene a mi lado y arranco a gran velocidad a donde ella me indica.

—¿No cargaban con sus armas? O por qué mierda estamos en esta situación.

—Yo si, Madison no —lloriquea, sólo me estresa más—No debí de haberla dejado sola, le prometí que me quedaría con ella en todo momento. ¡Soy una terrible hermana!

—Si, lo eres, ya cállate.

Pero mis palabras sólo la hacen chillar más fuerte.
Tengo que mantenerme concentrado en las calles oscuras para que mi mente deje de pensar cuantas cosas le pueden pasar a mi... a Madison.
Tardamos mucho en llegar, la desesperación me invade y bajo corriendo detrás de Lily. Pero algo no anda bien, acabo de ver unas luces rondar por las calles: luces de patrullas de policías.
Saco mi teléfono y marco.

Tú, Yo y El Mal Where stories live. Discover now