Capítulo 7

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Aria

7 de Enero – 11:05 AM

Liyue – Banco del Reino del Norte

Sabía que encontraría a Tartaglia en aquel lugar. Cuando no estaba conmigo o metiéndose en peleas en algún remoto emplazamiento, trabajaba incansablemente para los Fatui. Era consciente de que debía tener cuidado con aquella organización. Albedo constantemente me lo había dejado claro, pero sentía que Tartaglia estaba por encima de su influencia o que yo, de pasar algo, simplemente podría cortar aquella relación.

Había recibido varias declaraciones de amor a lo largo de mi juventud, pero la suya fue la única que me llamó la atención. De hecho, me hizo reír. ¿Cómo fue? "Desde que te conozco, incluso pienso si mis armas duelen", sí, fue algo así. No me dijo directamente que se estaba volviendo mejor persona por estar enamorado. Más bien, parecía incluso molesto por estar convirtiéndose en un sentimental. Me echó la culpa y me dijo que debía compensárselo saliendo con él.

No podía negar que Tartaglia era guapo y que no era la única en Liyue que lo pensaba, pero, hasta que se ennovió conmigo, ninguna mujer creyó que aquel alto cargo de los Fatui pensase en algo más que en pelear. Tras saltar de flor en flor, fui su primera relación formal.

Le puso mucho empeño en nuestra relación desde el primer día. Se asemejaba al típico "chico malo", pero conmigo nunca lo era. Al contrario. Se esforzaba en sacarme siempre una sonrisa y en saber todo lo que me gustaba hacer para poder acompañarme donde fuera.

Era un buen novio. Yo, en cambio, no lo había sido. No sólo le había sido infiel, sino que no pude darle mi cuerpo en ningún momento, ni siquiera un mísero beso. Y aún no entendía por qué. "Quizá nos faltó un afrodisíaco...", me lamenté.

-Tartaglia: asegúrate de recuperar el dinero –ordenaba, serio, a uno de sus súbditos.

No tardó en darse cuenta de que estaba a su lado. Cuando me contempló, dibujó una hermosa sonrisa y se dirigió, sin pensarlo, hacia mí. Lo dejaba todo por mí. ¿Incluso saldría de los Fatui si se lo pidiera? Ahora ya nunca lo sabría.

-Tartaglia: ¡Aria, por fin algo bello hoy! –exclamó, ilusionado. Removió su naranja melena al girarse hacia mí.

Yo me esforcé en sonreír. No era el lugar idóneo para hablar de aquel asunto.

-Aria: ¿Podemos ir a tu casa? –pedí, lo cual le hizo aún más ilusión-. Tengo que hablar contigo.

-Tartaglia: Lo que desee mi princesa –guiñó un ojo.

Antes de marchar, lanzó una mirada de odio a sus súbditos. "No la caguéis en mi ausencia", parecía decir.

***

Aria

7 de Enero – 11:24 AM

Liyue – Ciudad de Liyue

De camino a su casa, en uno de los puestos del mercado por el que transitábamos vendían un tipo de fresas que Tartaglia sabía que a mí me encantaban. Sin dudarlo, me pidió que lo aguardara y se alejó de mí para comprar quizá todo cuanto pudiera.

-¿?: vaya vaya... ¿qué hace una don nadie con el señor Tartaglia? –una voz viperina se acercó a mí.

Dos mujeres parecían estar muy interesadas en "conocer" a la novia del onceavo de los Fatui. Debían ser de la propia organización o algún cliente suyo. La verdad es que jamás las había visto.

El Pecado del Alquimista [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora