Capítulo 43

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Xiao

21 de Septiembre – 10:07 AM

Mondstadt – Campamento de parejas

Hoy anunciaron que se iban a dar las primeras sesiones terapéuticas pareja por pareja. No supe a qué se referían, pero, cuando tocó nuestro turno y nos metieron a una tienda más grande que las demás, temí alguna tontería. Su interior estaba lleno de objetos de relajación, de instrumentos musicales, flores aromáticas y cojines tirados por el suelo.

Maggi cerró la abertura de la tienda, quedándonos a solas con ella, y nos pidió que nos sentáramos de espaldas sobre los cojines. Me sentí un poco vulnerable al perder de vista el rostro de Aria, pues, de aquella forma, no podríamos ni siquiera lanzarnos algún mensaje si la situación se torcía o era confusa en cuanto a nuestra "relación de pareja".

La terapeuta se sentó cerca de nosotros, en un punto donde podía ver nuestros dos perfiles.

-Maggi: desnudar nuestra alma, incluso ante nuestra pareja, es un paso difícil –comenzó a hablar como si se tratara de un chamán, de forma pausada y profunda-. Hoy abriréis vuestros corazones a vuestro amor y, desde ahí, trabajaremos en la realidad que vuestras almas experimentan.

"Esto tiene mala pinta", pensé, conteniendo mi mal humor.

Maggi activó un aparato que se levantaba y caía de forma repetida, y que, al dar contra su base, emitía un sonido envolvente. Después, encendió una especie de incienso y dejó que ahumará el interior de la tienda. Su humo se hizo más denso a nuestro derredor de lo esperado e incluso provocaba un ligero mareo.

-Maggi: en la solicitud, firmasteis un largo consentimiento para usar métodos alternativos de terapia –mencionó, lo cual nos alarmó a ambos-. Que sepáis que aquí empieza lo bueno –advirtió con gesto divertido-. Este incienso está hecho con un sustrato concreto de la tierra y otros componentes que, tras unos segundos respirándolo, os obligará a decir la verdad.

Aria y yo giramos nuestras cabezas y, por encima del hombro, nos observamos, serios, el uno al otro. ¿Y si se nos iba algo de la lengua? ¿Y si nos preguntaba si éramos realmente pareja?

-Maggi: no tengáis miedo –añadió, sonriente-. Todo queda en terapia, cualquier secreto no saldrá de esta tienda.

"¿Deberíamos parar esto?", me preguntaba, inquieto. Imaginaba que Aria estaría de los nervios. La sentía removerse sobre el cojín.

-Maggi: bien... -sacó un cuaderno con lo que parecía ser nuestra ficha y se preparó para iniciar la peligrosa conversación-. Xiao –mi inquietud se elevó. ¿Por qué tenía que ser el primero?-, ¿qué es lo que más te gusta de Aria?

El sonido envolvente de la máquina volvió a sonar, anulando mi voluntad de responder cualquier neutralidad.

-Xiao: ella nunca se rindió –las palabras se escapaban de mi boca, como si estuviese bajo los efectos del alcohol-. Es una explosión de emociones –sonreí incluso-, pero es la primera persona que me ha demostrado que los sentimientos no te hacen más débil, sino que son motor de grandes heroicidades.

Maggi pareció quedar boquiabierta.

-Maggi: ¡qué bonito, Xiao, por favor! –exclamó, demasiado emocionada.

"¡¿Por qué tuve que decir eso?!", mis manos temblaban por la incomodidad. Ahora agradecía no tener que ver directamente a la cara a Aria. ¿Qué clase de expresión estaría haciendo? ¿Me habría visto ya como un enclenque?

-Maggi: Aria, misma pregunta.

Mi corazón se detuvo.

-Aria: al principio, fue un hombre difícil, incluso a veces cruel –me dolió recordarlo. A día de hoy, me arrepentía de la mayoría de las pruebas que le impuse-. Pero ahora siento que puedo confiarle cualquier cosa –no lo esperaba-. Siempre ha sido sincero conmigo –se me encogió el alma, pues ella desconocía que no era cierto. Le mentí acerca de su hermano, lo que quizá más valoraba en aquel mundo-, y, en este momento tan oscuro de mi vida, él se encargó de que la tristeza no me devorara. Ha sabido cómo aguantarme... tanto tiempo, día a día, incluso aunque no le gustara siempre mi presencia.

-Xiao: claro que me gusta tu presencia –repliqué, de nuevo sin control, aunque con un bajo tono de voz.

Maggi volvía a emocionarse con aquella charla. Para ser nuestra relación de noviazgo una mentira, de alguna forma, estábamos aparentando demasiado bien. La casualidad de la pregunta nos salvó.

-Maggi: Xiao –se dirigió a mí, aún contenta con toda aquella situación. Más que una terapeuta, parecía la espectadora de un teatro romántico-, ¿sientes que a veces no eres capaz de expresar tus sentimientos más íntimos a Aria?

"¿Cómo mierda sabes eso?", aquella mujer comenzaba a asustarme. ¿Acaso aquel campamento tenía al final una real funcionalidad?

-Xiao: sí –no quería responder.

La terapeuta apuntó algo en su cuaderno.

-Maggi: ¿por qué es un momento tan oscuro, Aria? –aquella podía ser la pregunta que tanto temíamos, aquella que hiciera caer nuestra legítima intencionalidad en el campamento.

-Aria: echo de menos a Al –sollozó, pero contuvo las lágrimas.

-Maggi: ¿te refieres a tu hermano, Aria?

La joven de ojos esmeralda asintió con la cabeza, y Maggi volvió a escribir sobre el papel.

-Maggi: ¿Y por qué lo echas de...?

La interrumpí, aquello era ya demasiado peligroso. Aria iba a acabar soltando que habíamos tenido que ir allí porque creíamos que Sacarosa le había hecho algo, lo que echaría por tierra aquel plan.

¿Y cómo lo interrumpí?

Me di la vuelta, tomé del brazo a Aria y me abalancé sobre sus labios.

-Xiao: no podía aguantarlo más –no era tampoco una mentira, así que pude pronunciarlo ante el incienso.

Aria, atónita, me observaba. Pero, por su mirada de alivio, supe que me lo agradecía.

-Maggi: veo que estamos avanzando rápido en lo de recuperar la chispa –reía.

***

Xiao

21 de Septiembre – 11:02 AM

Mondstadt – Campamento de parejas

Al salir de aquella tienda, ambos nos sentíamos muy incómodos junto al otro. Nos costaba incluso mirarnos a la cara.

-Aria: nunca imaginé que pensarías así de mí –fue la primera que se atrevió a pronunciar palabra y, además, relacionado con lo sucedido.

Me costó responder, pues ya no estábamos bajo la influencia de aquel horrible incienso, pero lo hice:

-Xiao: supongo que me ha sucedido lo mismo.

Sentí que sus ojos me buscaban, pero no pude devolverle la mirada.

-Aria: gracias por todo lo que estás haciendo por mí, Xiao –susurró de una forma que hizo tambalear mi ya torturado corazón.

Yo caminé hacia el bosque. Necesitaba dejarla atrás ycalmarme.

El Pecado del Alquimista [+18] (Genshin Impact)Where stories live. Discover now