Capítulo 58

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Tartaglia

3 de Octubre – 13:00 PM

Habitáculo de Cuidados Críticos

Fue un milagro. Justo el día en que íbamos a desconectarle la máquina que mantenía su cuerpo con vida, abrió los ojos. Todos nos quedamos boquiabiertos, pero fue su hermana la que se llevó la medalla de honor en cuanto a tener una impactante reacción. Incluso estando convaleciente, ella se tiró, literalmente, sobre su débil cuerpo y lo abrazó con inmensa fuerza. Albedo tuvo problemas para respirar, pero, paulatinamente, pudo recuperar el control de sus brazos para devolverle aquel gesto.

Los alquimistas, alarmados, entraron al cuarto de cristal para retirarle a su hermana de encima. Temían que pudiera romper algún cable, pero Albedo les pidió que no la molestaran.

-Alquimista 1: ¡es como si hubiera recuperado las fuerzas! –comentaba, impresionado, con aquel giro de los acontecimientos-. ¿De verdad ha despertado? Aún no lo puedo creer.

-Alquimista 2: ¿cómo ha sido posible? ¡Nada había funcionado para reanimarlo!

Yo me hacía las mismas preguntas, mientras observaba a los hermanos en su propia burbuja de felicidad. Jamás había visto aquella sonrisa a Aria.

***

Aria

5 de Octubre – 10:12 AM

Liyue - Habitáculo de Cuidados Críticos

Aquel tiempo había sido como una pesadilla de la que no podía despertar. Deseé incluso que la Parca me llevara con ella, si mi hermano marchaba al otro lado. Sin embargo, al final, ambos habíamos sobrevivido. Con su despertar, sentí que la vida había regresado a mi corazón y que el futuro nos sonreía. Habíamos pasado por mucho, pero al fin llegaban las buenas noticias.

Al no se marchó de mi lado. Y yo era la mujer más feliz del universo.

-Aria: debo hacerte unas preguntas –dije, seria, y me coloqué detrás de él para peinar su rubio cabello mientras daba inicio al interrogatorio.

Él rió.

-Albedo: apenas desperté hace unos días, ¿y ya me quieres interrogar? –bromeó, mientras él sostenía la goma que iba a usar para sostener su rebelde pelo. Vestía un camisón blanco que se abría por detrás. Las ropas que solía portar estaban dobladas en un pequeño armario.

Efectivamente, aquello iba a convertirse en un cruel examen si hacía falta.

-Aria: ¿cuál fue la primera comida que te cociné?

Yo seguía perdiendo mis dedos entre sus dorados pelos, creando dos trenzas laterales que darían un respiro a su rostro.

-Albedo: un huevo frito –respondió y acertó, cosa que me maravilló. No podía mirarle a la cara, porque ahora sólo tenía delante la parte posterior de su cabeza, pero su voz se percibía animada-. Fue en el tercer o cuarto intento, los anteriores se te explotaron.

"¿Era necesario que recordaras también ese detalle?", pensé, avergonzada. Estuve tentada a darle un tirón en el pelo, pero pude controlarme. Ya bastante habría sufrido.

-Aria: ¿qué dibujo tuyo tenía colgado encima de la cama?

-Albedo: no me escuchaste –comencé a horrorizarme al no haber obtenido una respuesta instantánea aquella vez, pero sólo me estaba adelantando a los acontecimientos-, te dije que era el retrato de un caballo que salió mal y tú lo colgaste en tu cabecero como si se tratara de uno de los pegasos de tus cuentos de fantasía.

El Pecado del Alquimista [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora