Capítulo 14

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Xiao

30 de Enero – 23:03 PM

Liyue – Cercanías de la Posada Wangshu

Hoy las estrellas brillaban con mayor fervor, así que me senté a la orilla del lago para poder contemplarlas antes de iniciar mis patrullas. La noche era más peligrosa en Liyue y era mi deber acabar con toda amenaza que pudiera hallar en mi camino.

Ni siquiera la escuché llegar. A mis espaldas, la joven con la que hablé aquella misma mañana había dejado caer algo pesado a mis espaldas.

Cuando miré qué había traído, quedé impresionado: era una enorme cabeza de dragarto. Por unos segundos, no pude apartar la vista de aquel "obsequio".

-Xiao: ¿A quién le has pedido que haga esto? –fui directo. Era imposible que aquella enclenque lo hubiera conseguido por sí sola.

Su cabello se veía ahora despeinado.

-Aria: ¡a nadie, por supuesto! –dijo, ofendida-. Fue difícil encontrar a este monstruo y, sobre todo, después encontrarte a ti... ¡Pero lo hice yo!

No iba a creerla. Me debió mentir con Rex Lapis y aquella sería una segunda mentira. Y yo odiaba a los estafadores.

Me levanté y la miré directamente.

-Xiao: si continúas persiguiéndome, tendré que darte una lección –amenacé. Aquella humana iba a acabar interfiriendo en mi trabajo.

Sus labios se torcieron por la rabia que manifestó de forma súbita.

-Aria: ¡me dijiste que, si te traía su cabeza, me entrenarías! –gritó y sus ojos parecieron cerca de estallar en lágrimas.

"Nunca entrenaría a una humana, y menos a una impostora", pensé, y debía trasladárselo.

-Xiao: nunca te entrenaré –fui tajante-. Y no tienes otra opción que aceptarlo.

Sus manos temblaban ante el descontrol de sus emociones. Creí que iba a intentar golpearme, pero marchó antes de enfrentarme.

"Definitivamente, ésta debía ser la última vez", suspiré, aliviado.

***

Xiao

31 de Enero – 07:12

Liyue – Santuario adeptus

Varias veces a la semana, debía ir a aquel antiguo santuario para poder contener la oscuridad. Su magia adeptus no reducía mi sufrimiento, pero al menos allí disminuían las posibilidades de que otros demonios se alimentaran de mi mal karma y se hicieran más fuertes. Aquello era una pérdida de tiempo que suponía alejarme de mi deber de custodiar aquellas tierras, pero no tenía otra alternativa. O yo mismo traería la desgracia a Liyue.

Siempre me sentaba frente a la fuente y dejaba caer mi cuerpo sobre el suelo, unos segundos antes de que aquella crisis de profundo dolor me atenazara. Incluso sufría de espasmos por la intensidad, pero, con los siglos, pude acostumbrarme a aquellos momentos. Al fin y al cabo, aguantar aquella maldición formaba parte de mi deber.

-Aria: ¿qué es este lugar? –su voz hizo eco en aquel subterráneo santuario fabricado con férreos minerales.

Quedé aterrorizado al vislumbrar a la joven humana que me había seguido todo aquel tiempo. Era absolutamente imposible que pudiera haber cruzado la entrada a aquel santuario, porque ésta no era siquiera visible a ojos humanos. ¿Cómo lo había hecho?

El Pecado del Alquimista [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora