Capítulo 60

3.5K 315 508
                                    

Jean

18 de Octubre – 09:52 AM

Mondstadt – Despacho de la Gran Maestra Intendente de los Caballeros de Favonius

Albedo entró a mi despacho. Era un placer tenerlo de nuevo en la ciudad, en lugar de en aquella gélida montaña que, pese a que él no recordara, nos había dado algún que otro roce con los Fatui. Pude manejarlo, ya que ellos habían sido quienes habían atacado a nuestro genio alquimista, pero no fue fácil.

-Albedo: buenos días, Jean –saludó, educado como siempre. Su cabello rubio era iluminado por los intensos rayos de sol que se colaban por el cristal.

Me había encontrado de pie, contemplando nuestra hermosa ciudad por la ventana. Ahora las hojas comenzaban a caer y a ser sacudidas por la brisa sobre los edificios. Amaba contemplar los elegantes movimientos del viento.

-Jean: buenos días, Albedo –sonreí, tras girar y encaminarme hacia la mesa central de mi siempre solicitado despacho-. ¿En qué puedo ayudarte?

Él no se anduvo con rodeos.

-Albedo: quería saber si se podía retirar una adopción de alguna forma.

"Sabía que algún día vendrías con esa misma pregunta", me dije a mí misma, orgullosa de mi olfato.

-Jean: sí, pero no es nada fácil –expliqué. Debía ser consciente de cómo iba a ser el proceso para que estuviese preparado-. El proceso burocrático es muy lento y, además, tendrías que demostrar ante un tribunal por qué no debéis seguir siendo hermanos.

-Albedo: aún no te había dicho que era por Aria y por mí –señaló, acertadamente.

Yo me sonrojé.

-Jean: no soy la única que notó vuestra afinidad, querido Albedo –reí, un poco nerviosa. Tampoco quería parecer una cotilla, ¡pero aquello era evidente desde que eran muy pequeños! Parecían estar predestinados.

"Aún recuerdo cuando Albedo golpeó a ese indeseable en una fiesta", rememoraba, con cierto orgullo.

Fui a uno de los cajones de mi mesa y saqué un escrito de solicitud, que ya había preparado hacía años para aquel día. No sólo se trataba de afinidad. Había un bello amor entre aquellos dos, digno de contemplar como a la brisa de nuestra ciudad. Obviamente, siempre deseé que terminaran juntos, como marido y mujer. Era difícil luchar contra los prejuicios, contra aquella idea de "hermanos" que habían forjado desde niños pese a que la sangre no les uniera... pero ellos dos podrían con ello. Estaba segura.

-Albedo: incluso lo tenías cerca –suspiró, sintiéndose avergonzado por la situación.

Por supuesto, se lo entregué, ilusionada con el paso que estaba dando. Hacían una hermosa pareja, se querían con locura y no merecían tener un noviazgo clandestino por una circunstancia que no decidieron.

-Jean: ¿qué te ha dado la valentía? –pregunté, curiosa, sin perderme detalle de su evidente timidez. ¡Era tan tierno!

-Albedo: es extraño –respondió con cierta confusión en su mirada-, pero siento que en un sueño alguien me alentó a luchar por ella. No recuerdo qué más ocurría, ni quién era esa persona, pero el sentimiento se quedó en mi cabeza.

Yo lo abracé sin pensarlo.

-Jean: te deseo toda la suerte del mundo.

Sabía que no le gustaba el contacto físico directo, pero se me escapó. Además, ¡me lo debía por la solicitud!

El Pecado del Alquimista [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora