Liga Índigo Parte 4.5: La cita de Anabel

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Meseta Índigo, al atardecer tras la sexta ronda...

Aunque su blog continuaba atrayendo a uno que otro comentario molesto, ya fuese diciéndole que se fuera al diablo, o algunos que solo se auto-promocionaban descaradamente, no era nada que no pudiese manejar.

Esta vez, la telépata dirigió su atención a un comentario de alguien que decidió compartir una anécdota familiar. El abuelo de esta persona, un veterano de la guerra de hacía cuarenta años, tuvo que sobrevivir en una isla desierta sin otro contacto humano que un soldado de los Guardianes que también había sido el único sobreviviente de su propio naufragio. Los dos tuvieron que dejar de lado sus diferencias para sobrevivir y eventualmente encontrar su camino a casa, y pese a que no pudieron volverse a ver después de eso, dicho abuelo recordaba al Guardián como un gran amigo de quien aprendió muchas cosas. (*)

Por razones obvias no estaba dando nombres, pero el mensaje concluía diciendo que, si ellos pudieron entenderse, seguramente humanos normales y Bloodliners también podrían hacerlo, y también que le gustaría conocerla en persona alguna vez.

Anabel sonrió, y decidió empezar a escribir su respuesta.

Gracias por compartir tu historia conmigo. Creo que hay un excelente paralelo aquí sobre lo que busco con este blog, que todos seamos capaces de entendernos a pesar de nuestras diferencias.

Sucede que en mi árbol genealógico yo también tengo parientes que lucharon contra los Guardianes en la última guerra. Sé muy bien cuál es la opinión popular acerca de ellos, pero incluso algunos de los más veteranos en cierto momento llegaron a cuestionarse la razón de por qué estaban peleando en primer lugar.

En ocasiones, ciertas ideas o filosofías parecen entrar en conflicto unas con otras, ya que superficialmente las vemos muy diferentes e incompatibles. Pero si nos tomamos el tiempo para conocer a los demás, nos damos cuenta que, en el fondo, no somos tan diferentes como pensábamos, e incluso cuando dichas diferencias sigan existiendo, no implica que no podamos coexistir en paz, e incluso trabajar juntos para lograr nuestras metas.

Aquí, está claro que el Entrenador y el Guardián, por sí solos, probablemente jamás habrían logrado sobrevivir a su experiencia. Juntos fueron capaces de ir mucho más allá de lo que cualquiera hubiese podido llegar por sí solo, ambos pudieron enseñar y aprender del otro, haciendo que pudiesen crecer como personas. ¿No es eso de lo que se trata ese adagio de "Te enseñaré y tú también"?

Anabel se detuvo por un momento, llevándose la mano al mentón. Hasta ahora iba bien la entrada, pero sentía que le faltaba algo más. Algo que pudiese agregar de sus propias experiencias para complementar la lección de la anécdota.

Haciendo memoria del encuentro con Mewtwo y sus clones, la chica recordó que lo que le hizo detenerse fue darse cuenta que, en realidad, no importaba lo que le hubiese pasado, sus orígenes, o lo que pensaba de otros o del mundo en general, a veces tu conocimiento era incompleto o simplemente errado. Había bondad y maldad en todas partes, y ella estaba segura de que aplicaba tanto para los Entrenadores como para los Guardianes.

La animosidad entre las facciones probablemente se debiera a que ninguno de los dos bandos se esforzaba en conocer mejor al otro, y se dejaban llevar por prejuicios preconcebidos.

En su primer encuentro, Belladonna y sus novias estaban convencidas de que los humanos normales que eran buenos y amables, como la madre de Ash, eran la excepción en lugar de la regla. Ella por su parte creía en lo contrario, y a pesar de sus acciones, demostraron ser capaces de hacer el bien cuando la ayudaron a ella y a las demás en rescatar a Ash.

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