En Pueblo Paleta (Iris)

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Oficina de la Liga Pokémon...

Se había originado como una mala broma durante su juventud. Lo había atormentado durante sus días de escuela y de entrenamiento, e incluso durante su breve período de servicio militar. Había sido afortunado de haberlo tenido durante un período de paz, y por tanto se libró de agregar un título a sus muchos que no le gustaría que le aplicaran.

Él era Charles Goodshow. Presidente de la Liga Pokémon, Profesor de Economía, Maestro Pokémon por varios estándares, Campeón de la Liga de Karaoke por cinco años consecutivos (y podría haberlo sido por doce años de no ser por aquella noche que Diantha participó), enemigo de los encuentros arreglados, y archienemigo de la corrupción.

Todo eso era para hacer un buen show, como el juego de palabras sobre su nombre podría hacerlo ver en cada espectáculo, problema de matemáticas, o actividades similares, y era ya plenamente consciente de que entraría en el salón de la fama de la liga de los no-combatientes cuando se retirara o muriera, a menos que hiciera algo extremadamente escandaloso.

Algo que no era, sería un asesino. Nunca había tomado una vida con sus propias manos o acciones en sus setenta y cinco años de vida, y planeaba mantenerlo así. Asesinar no era dar un espectáculo. Eso no te convertía en un hombre.

Desde luego, contrarrestar un ideal tan tóxico y atrincherado no era su trabajo como Presidente de la Liga Pokémon (su pasatiempo de escribir novelas le daban el momento y lugar para su filosofía y pensamientos sobre el mundo, su historia y su gente). Su trabajo era administrar las ligas, y tenía que decirlo: ver lo que estaba viendo este año, especialmente pensando en el año anterior, de verdad que lo hacía sonreír.

Quizás tenía algo que ver con la paz: que la gente tenía permitido seguir sus sueños en vez de pensar en las necesidades de muchos, o quizás era simplemente un incremento de la población. Quizás era que las estrellas se habían alineado y no era resultado de la humanidad.

Fuera cual fuese la razón, una mirada a los entrenadores novatos de este año y los del año pasado hicieron que su corazón empezara a acelerársele por razones que no tenían nada que ver con el hecho de estar acercándose a sus ochenta.

Talento, era por el talento, chispa y motivación por todas partes. Novatos como Black Gaiman y Vermell Arcer habían ganado ligas el año pasado en medio de competidores mucho más fuertes, especialmente entre entrenadores novatos, y este año parecía presto a seguir esa tendencia. Eso sin siquiera tomar en cuenta el futuro, especialmente si los rumores que oía sobre su viejo compañero de cuarto en la universidad en Alola eran algún indicio. Bien podría tachar ese "saludo de puño de los Kahunas" que tenía en su lista de cosas que hacer antes de morir, desde la vez que Agatha y Alder tuvieron un concurso de tragos que él hizo oficial (y al que después se unió como séptimo competidor, ¿o fue el sexto? A veces no podía recordarlo).

Había una concentración de entrenadores notables que jamás había visto antes. Normalmente cada año tenía, entre todas las ligas, una docena o dos de entrenadores con las cualidades para ser de los grandes. No siempre lograban cumplir con las expectativas que se tenían, por combinaciones de mala suerte y problemas familiares. Por ejemplo Reggie de Sinnoh y Casey Snagem de Kanto. Aunque cuando lo lograban, era glorioso de ver.

En muy raras ocasiones realmente encontraba a alguien más grande que los grandes. Entrenadores de ese tipo eran gente como la Campeona de Sinnoh Cynthia, que era una entrenadora de calidad rara vez vista. Y luego estaba la gente como aquel sujeto Tobias, que no tenía idea de quién era, ni tampoco de dónde venía, dicho fuera de paso. Nunca le respondió a sus emails masivos sobre el karaoke.

Un golpeteo en la puerta atrajo su atención, y al atenderlo abrió dicha puerta para encontrarse con una mujer joven, de cabello oscuro y mirada severa. Electra Artisian. Jefa de las finanzas de la liga, administradora de los patrocinadores y de confiterías. Alguien a quien realmente le gustaría obligar a usar sus vacaciones pagadas uno de estos días, antes de que encontrase apropiado utilizar aquel lenguaje moderno sobre varas y retaguardias para describir su personalidad. Preferiría no tener que hacerlo, pues le gustaba su lengua limpia.

Pokémon Reset BloodlinesWhere stories live. Discover now