Guerra de veneno: Las sombras del mundo

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Ciudad Gringy...

El mundo era maravilloso. Claro, ciertamente no era perfecto. Había algo de tristeza, miseria y crueldad, y en ocasiones podías perder de vista una de esas pequeñas cosas sin las cuales no podías vivir. Sin embargo, ¿qué sentido tenía lamentarse por eso, cuando había tantas cosas más que ver? La sonrisa radiante de felicidad por actos de amor como un beso en la rodilla lastimada de un niño, la erupción de alegría y alivio de unos padres al reunirse con su hijo perdido, el orgullo de ver que el duro trabajo daba sus frutos después de invertir esfuerzo y sudor en miles de formas de creación física o logros intelectuales. Todos esos sentimientos eran maravillosos. Si la gente tan solo pudiera enfocarse en las cien cosas buenas que había a su alrededor en vez de una sola mala, el mundo sería un lugar mucho mejor.

- ¡Emma! ¡Emma!

- ¡Regresa, por favor!

Las voces de dos niños resonaron por las calles, llenas de pánico y miedo irradiando de ellos como calor proveniente de un Pokémon tipo Fuego. Mirando hacia abajo desde la azotea donde estaba sentada, vio a un par de cabezas corriendo frenéticamente por las calles, gritando sin parar. ¿Niños en problemas? ¿Algo con alguien llamada "Emma"? ¿Una persona o Pokémon? Solo había una forma de averiguarlo.

- ¿Hay algún problema? – Preguntar directamente.

Los niños se quedaron congelados, volteando la mirada en todas direcciones tratando de encontrarla. No se les ocurrió mirar hacia arriba, así que todavía no podían verla.

- ¿Quién... quién dijo eso? – gimoteó una de los dos, una niña. No pudo evitar fruncir el cejo al percibir el miedo en él, pobre pequeño.

- No te preocupes. No quiero hacerles daño, solo quiero ayudar.

- ¿En serio? – preguntó la niña, con una inocencia llena de esperanza. El otro, un niño, no parecía tan alegre.

- ¿Quién eres tú?

- Una amiga. – les dijo simplemente. – Ahora, ¿quién es esa Emma a la que están buscando?

...

Más o menos una media hora después, los niños se encontraban en un parque a unas cuantas cuadras de donde estaban. Con lágrimas en los ojos, los dos abrazaban a una Arcanine hembra que se veía bastante vieja, y sujetaba entre los dientes un hilo que sujetaba un globo que flotaba encima de su cabeza. Esto pronto llenó los huecos en la historia de los pequeños. Aparentemente la niña, de nombre Ginny, accidentalmente soltó su globo y empezó a llorar. Emma al parecer tomó este pequeño arranque de la pequeña con demasiada seriedad y salió a perseguir el globo para que la hija de su entrenadora volviera a ponerse feliz.

- ¡Gracias! – exclamaron los dos, mientras Emma miraba a su alrededor con curiosidad, como si se preguntaba a quién le estaban agradeciendo.

Tal vez la anciana Arcanine podría haberla rastreado en el campo, pero inclusive en una gran ciudad, rastrear por el olor era mucho más difícil. Por su parte, ella no pudo evitar sonreír. Siempre se sentía muy bien hacer algo bueno por otras personas en el mundo.

- No fue nada. – les dijo mientras se preparaba para irse, cuando de repente, todas las luces de la ciudad se apagaron de golpe. Los niños se asustaron, abrazándose de Emma con miedo de la repentina oscuridad.

- Grrrr... – Emma gruñó, no le gustó que esta repentina oscuridad asustara a los pequeños.

En medio de toda la oscuridad que envolvió a Ciudad Gringy, ella de pronto se encontró en un estado de total confusión, un sentimiento que hacía eco por toda la ciudad entrelazándose con otra emoción terrible. Miedo.

Pokémon Reset BloodlinesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora