Cosas intermedias con otras personas (continuación)

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Al llegar a la costa...

En retrospectiva, habían tomado el camino equivocado. Sí, iban camino a Cinnabar, pero esta no era la ruta que llevaba a Cinnabar. Según el Pokédex, este camino los haría llegar hasta la frontera al este de Sinnoh. La dirección totalmente opuesta para alguien que quería ir a Cinnabar. Anabel estuvo a punto de teletransportarlos de regreso al camino, cuando Misty vio algo en el agua.

- Oigan, ¿eso de allá es un Onix?

Ash miró abajo, preguntándose qué pasaría. Si era un Onix ahogándose, tendría que moverse rápido. Sacarlo del agua, o posiblemente capturarlo para salvar su vida. Eso sería genial, y así no tendría que intercambiar a uno de sus Tauros por él. O tal vez sería como el Onix de Cristal que no le temía al agua. Estaría un poco fuera de lugar, pero tampoco le era desconocido, ¿o sí? O tal vez podría hasta ser un Onix Alolano.

Pero una inspección más de cerca hacia el borde del agua, reveló que no era un Onix, solo un bote con forma de Onix que venía acercándose a la orilla de una pequeña aldea junto al mar que era mayormente un muelle.

- Ese es un diseño extraño. – comentó Anabel.

- ¿Qué clase de persona construye un bote así? – se preguntó Misty en voz alta, sonando un poco avergonzada de haber sacado conclusiones de lo que era de buenas a primeras.

- Son la Gente de los Botes. – explicó Iris. – Mi abuelo me contaba historias sobre humanos que hacen sus hogares en barcos. Me contó muchas cosas buenas de ellos, y dijo también que eran nómadas.

- Son un pueblo que fue expulsado de su tierra natal por una horrible devastación, provocada por una montaña en llamas. Viajan por el mundo, viven y mueren en los barcos que usaron para escapar, durante años. Algunos de ellos se fueron a la deriva y terminaron en Hoenn, donde sus botes quedaron varados en una colonia de Corsolas y se establecieron allí. El resto se convirtieron en nómadas, vagando por el océano sin un punto fijo, aunque tienen algunos lugares remotos donde a menudo se congregan, como la Isla Poni de la región de Alola. Tienen una cultura muy flexible, con una historia muy famosa que gira en torno a un templo llamado Samiya, aunque no comparten mucho de su lenguaje con los de afuera. Su verdadero nombre es desconocido para el mundo exterior, aunque a menudo les llaman los hombres del mar. Lo único que se sabe es que uno de los grupos fue un ancestro de la tribu conocida como la gente del agua, aunque se cree que tienen muchos ancestros mezclados en su sangre desde entonces, incluyendo sootopolitanos, alolanos y dracónidos. – elaboró el Pokédex en lo que dijo Iris.

- ¿Pikapi? [Ash, ¿no conocimos una vez a la Gente del Agua? Tengo la sensación de que una vez lo hicimos, ¿o fueron la gente de Vale? Te lo juro, apenas puedo recordar sobre ese... ¿cuál fue el dragón que montaste durante aquella vez?]

Ash se encogió de hombros, inseguro de cuál era con exactitud, y siguió a sus compañeras mientras se acercaban a la embarcación en cuestión.

...

Gente de los Botes, Hombres del Mar, Gente del Agua/Vale, o como fuera que se llamaran, lo cierto fue que establecieron un pequeño negocio rápidamente. No se tardaron ni diez minutos en bajar por el risco, y solo les tomó otros cinco llegar a la aldea, para encontrarse con varios hombres y mujeres ya con canas y mucho más viejos de lo que eran sus padres, y habían colocado varios puestos llenos de diferentes objetos para la venta.

Por su lado, Misty podía ver piezas hechas con cuernos de Corsola, estatuas de coral, y objetos que parecían venir de todo el mundo. Una señal en la parte inferior de cada puesto rezaba con claridad:

Pokémon Reset BloodlinesOnde as histórias ganham vida. Descobre agora