El torneo de Fuchsia - Parte 2

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Pueblo Vaniville...

- No podrás volver a tiempo para ayudar a Ash, ¿verdad?

Ante su pregunta, Pidgeot sacudió su cabeza. Eran las únicas afuera en la noche oscura, iluminadas solo por la luna llena y las estrellas en el cielo. La rubia suspiró, pero le acarició el pico al ave con afecto. En ese punto fue que miró la carta atada a su pata, bien sujeta para un largo viaje.

- Qué lástima. Le ganaste a Ash esa medalla y lograste volar todo el camino hasta aquí en Kalos. De verdad eres muy fuerte. Es increíble, de verdad; él siempre supo lo que quería y ya ha llegado muy lejos en su camino a lograrlo, y yo sigo sin saber lo que quiero hacer con mi vida.

Pidgeot dejó salir un pequeño trino para confortarla, antes de agitar las alas y despegar hacia el cielo nocturno. Mientras solaba, una pluma solitaria marrón y blanca flotó hasta ella, y Serena la atrapó para examinarla. La parte inferior de la pluma de color blanco era hermosa, y la punta se sentía fuerte y firme. Podía ver por qué la gente siempre escribía con ellas en los documentales sobre tiempos antiguos.

- Me pregunto qué me contestará. Espero que responda mis preguntas sobre su primo. – murmuró Serena para sí misma mientras tocaba la pluma con sus dedos.

Era algo de lo que se había dado cuenta en el torneo en el Domo de Batalla, pero en este de verdad sobresalía. Red y Ash se parecían muchísimo. Ash no tenía hermanos, así que tendría que ser un primo, ¿verdad? Su madre estuvo de acuerdo con ella cuando se lo dijo, luego de hacer una broma de que Red se vería probablemente como luciría Ash si fuese un personaje de una película clásica en un remake del Hollywood moderno. Al menos si ese no fuera el caso, no tendría que preocuparse sobre que Red invadiera sus sueños. La angustia era algo que Serena no encontraba atractivo en lo absoluto. Sus sueños le pertenecían a Ash, y solo a Ash...

Sonrojándose al pensar en dichos sueños, Serena no se fijó que iba caminando hacia la pared unos metros al lado de la puerta, y terminó dejando caer la pluma y quejándose del dolor.

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De vuelta en Ciudad Fuchsia...

- Hmph. Ese tal Red no es tan malo por lo que veo.

El comentario de su compañero hizo que uno de los nervios de Gary se sacudiera con irritación mientras caminaban hacia el campo de batalla para su pelea de la segunda ronda. "Red no es tan malo" era quedarse cortos. Incluso si Gary sabía que podría vencer a ese chico algún día, no iba a decir que Red no tenía habilidad. Decir eso sería un insulto a sus propias habilidades. Aunque nunca entendió como era eso: a menos que pudieras vencer a alguien, y hacerlo fácilmente, sugerir que su poder no era nada te hacía quedar a ti como menos que nada, o simplemente nada en absoluto.

- Sí, es bastante bueno. – dijo Gary estando de acuerdo, y dejando unos pocos retazos de información que no se sentía con ganas de compartir.

- Ya veo a dónde se fue todo el talento en la familia. – Gary no estaba seguro de cómo luciría su cara ante ese comentario, pero su compañero le dio un gesto de estar ligeramente irritado. – ¿Qué, es que eres ciego? Ese chico Red se parece a Ketchum. Diablos, si su apellido fuese Ketchum, hasta te diría que podrían ser hermanos gemelos. Deben ser primos o algo así.

Eso no era posible. La madre de Ash era hija única, y él no estaba seguro de si sus padres tenían hermanos, o que estos hubieran sobrevivido para tener hijos. Aun así, ahora que Paul se lo señalaba... podía verlo. Red sí se parecía un poco a Ash, y más todavía entre más lo miraba. No se había dado cuenta antes. Ash hablaba tanto que el silencio general de Red oscurecía sus similitudes de apariencia como si un sombrero gigante le tapara la cara. Pero si Ash no tenía primos, ¿qué era Red de él? ¿Alguien habría clonado a Ash?

Pokémon Reset BloodlinesWhere stories live. Discover now