Y entonces fueron tres

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En el rancho del Profesor Oak, alrededor del tiempo del capítulo anterior...

El Profesor Oak había visto muchas cosas interesantes en su tiempo. Había visto los cambios en la cultura del mundo, guerras legendarias tan terroríficas que Oak rezaba a los dioses del tiempo y del espacio que nunca más volvieran a suceder, el nacimiento de su hijo de y de su nieto, y también haberse vuelto respetablemente famoso e importante. También, ocasionalmente había visto a los miembros del Alto Mando de Kanto cuando se pasaban de copas. Y eso lo aterrorizaba más que las guerras. Una Agatha borracha era... espeluznante. El Profesor sintió un respingo al revivir un particularmente perturbador recuerdo, de su último encuentro con ella.

Sin embargo, en aquel momento una Bola Sanadora de repente fue teletransportada a su laboratorio, y según el rastreador, fue desde unos cuantos miles de metros sobre el nivel del mar, encima de una pradera boscosa. Eso era algo nuevo para él. Recogiendo la esfera, Oak de pronto tuvo una extraña sensación de intranquilidad.

- Por favor que este sea un tipo Volador que de algún modo Ash consiguió capturar en el aire a pesar de no tener un Pidgeot o un Charizard... – murmuró para sí mismo, abriendo la bola, soltando un estallido de luz que tomó la forma de...

- ¿Goomy?

Un pequeño dragón babosa, nativo de los pantanos kalosianos, y definitivamente no de los cielos kantoanos. El Profesor Oak miró al más débil de los Pokémon tipo Dragones, según se decía, temblando en el escritorio donde había aterrizado.

- ¿Acaso quiero saberlo? – le preguntó el Profesor al Pokémon. El tipo Dragón sacudió su cabeza... o masa... corporal, rápidamente. – Lo que sea que haya pasado, ¿le sacaría canas a la madre de Ash a los 33?

- ¿Goo?

Momento, ¿por qué le estaba preguntando a un Pokémon sin pelo en el cuerpo sobre sacar canas? Oh, por Arceus, se estaba poniendo viejo.

- No importa... solo haré de cuenta que te capturó normalmente, y no haré preguntas de cómo terminaste en el cielo, mucho menos cómo hizo Ash para estar en ese mismo lugar al momento de capturarte. Nop, nada, nones, eso no va a pasar.

Cargando al pequeño dragón babosa en sus brazos (y disfrutando lo blandito que se sentía), se fue a la sala. Al llegar, el Profesor parpadeó de sorpresa al ver que él y Goomy no estaban solos. Y no porque el Bulbasaur de Ash estaba muy comodín en su sofá. No, era la persona que estaba acariciando a Bulbasaur que lo sorprendió con su visita.

- ¡Buenos días, Sam! – lo saludó Delia Ketchum, con su usual alegre disposición.

- Delia, qué bueno verte. – dijo el Profesor, disimulando la sorpresa. – Um... ¿qué haces en mi laboratorio?

- Dejaste la puerta abierta.

El Profesor masculló algo acerca de sus malos hábitos, antes de tomar asiento y dejar a Goomy en la mesita entre los dos sillones. Bulbasaur desde su lugar en el sofá, le echó un ojo al recién llegado con curiosidad.

- ¿Bulba?

- Goo.

- ¡¿Bulba?!

- Bueno, imagino que habrás venido a preguntar cómo le está yendo a Ash. – dijo el profesor. – Justo ahora, atrapó a este Goomy y...

- ¿Oh, este pequeñín es de Ash? – Delia miró al pequeño dragón, y este se sobresaltó un poquito; al parecer le daban nervios que la mujer se quedara mirándolo. – ¿Qué es exactamente? Me recuerda un poco a un Grimer.

Pokémon Reset BloodlinesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora