Ciudad Saffron...
El entrenador rubio se encontraba frente al borde del Gimnasio Saffron, que parecía estar extrañamente vacío y sin las usuales luces brillantes que solían caracterizar a estos lugares. Un poco escalofriante, pero aun así con determinación empujó la puerta para entrar. Lo que había frente a él era una escalera larga y de aspecto elegante, y no mucho más.
- No vine al lugar equivocado, ¿o sí? – se preguntó el entrenador en voz alta, a pesar de estar completamente solo.
- ¡Oye, si soy tecnología de la más avanzada! ¿Crees que te haría dar la vuelta equivocada? – dijo con sarcasmo el Pokédex en su bolsillo.
El sonido de pasos que se aproximaban a toda velocidad hicieron eco por el pasillo, y el adolescente empezó a sonreír.
- ¿Hola, está el líder del gimnasio? Soy Dan de Ciudad Goldenrod. Vengo para retar...
Un chico bajito, probablemente un entrenador novato de quince años, llegó corriendo y se estrelló contra él, con los ojos llenos de lágrimas.
- ¡No, no, no! ¡Me equivoqué, este fue un terrible error! ¿Por qué no hablé con la gente antes de...? ¡Agg, ack...!
El niño ahora estaba flotando en el aire, sacudiéndose y agarrándose el cuello como si algo, o alguien, estuvieran estrangulándolo. Dan inmediatamente fue a agarrar sus Pokébolas.
- ¡¿Qué diablos es esto, algún Pokémon Fantasma?! ¡Crobat, encuéntralo!
Con un lanzamiento rápido, un enorme murciélago púrpura con cuatro alas se materializó y empezó a chirriar. A pesar de hacer mucho ruido, las ondas supersónicas tenían suficiente fuerza como para revelar alguna presencia invisible, como un radar o un sonar. Crobat dejó de chirriar y se dio la vuelta hacia Dan, negando con la cabeza, mientras el niño dejaba de moverse en el aire, y se desplomaba como un muñeco de trapo.
- Eso... eso no fue un fantasma. – murmuró Dan para sí mismo. – Conozco a los fantasmas, derroté a Morty. Esto... esto fue algo diferente.
De repente, la puerta se cerró violentamente detrás de ellos, y una silueta empezó a flotar hacia ellos desde arriba de las escaleras, aproximándose amenazadoramente.
- Así que notaste lo que le sucedía a ese tonto. Y hasta decidiste investigarlo con un método de detección de presencias de alto poder. No está mal, por lo menos se ve que tienes experiencia.
La forma aterrizó a mitad de la escalera. Era una chica, a principios o mediados de sus veinte, y sus ojos eran azules y fríos como el hielo. Su cabellera era larga y verde oscura, y era alta y de figura delgada.
- Soy Sabrina, la líder de este gimnasio. Dime, ¿eres digno? – La forma en como la líder del gimnasio formuló la pregunta le puso, como decían los alolanos, la piel de gallina.
- ¿De qué?
- De seguir viviendo. – le dijo mientras sus ojos empezaban a brillar.
Momentos después, varios de sus Pokémon empezaron a teletransportarse alrededor de ella. Múltiples de varias especies y números: Abra, Kadabra, Alakazam, Hypno, Drowzee, Espeon, Natu, Xatu, Exeggcute, Exeggutor, Jynx, Smoochum, Girafarig, Wobbufett, y varios otros de tipo Psíquico, todos mirando de manera amenazadora.
- Hay demasiadas personas en este mundo si me lo preguntas. La mayoría no tienen una razón para existir, no son nada especiales. Demasiado ordinarios. Los humanos no pueden crecer, y solo hay dos clases de ellos: los que son especiales y los que solo son basura. De los segundos hay demasiados en el mundo, y alguien tiene que hacer algo al respecto. Al menos eso es lo que creo.
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Pokémon Reset Bloodlines
FanfictionVolver en el tiempo para salvar al mundo es duro, y mucho más cuando el proceso altera la realidad por completo. Cuando Ash despierta en este nuevo mundo tan diferente del antiguo, ¿podrá usar su experiencia de batalla para sobrevivir en su nueva re...