Liga Índigo Parte 5.1 - Gary

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Meseta Índigo...

Solo habría tres dormitorios en la casa que les ofrecía la liga. Era una buena cantidad y era fácil solicitar algunas camas adicionales para cada uno de ellos, pero tenía algunos obstáculos.

Para empezar, el Profesor había tenido que utilizar un sofá cama ya que no había espacio en el cuarto de Ash y los otros dos estaban divididos entre ellas tres y Delia. Su propio cuarto era un poco más complicado por el hecho de que había reglas que les impedían ahorrar espacio utilizando Poder Secreto o dejar que Iris durmiera afuera sobre una rama. Eso significaba que, o tenían que compartir un cuarto, o a una de ellas le tocaba dormir con la madre de Ash.

Ninguna de ellas se había saltado a hacerlo, y tenían que mantener los acuerdos y compromisos que les permitieran compartir espacio para dormir sin ningún problema.

Iris probablemente preferiría dormir en el suelo en vez de una cama para su máximo confort, pero eso la convertía en una trampa para que ella y Anabel se tropezaran, así que Iris estuvo de acuerdo en dormir sobre las mantas de una cama. Ella y Anabel acordaron antes cuál era el límite de las horas para conversaciones nocturnas en el dormitorio para que Iris pudiera dormir mejor en caso de una situación diferente para ella. Fue gracias a todos esos pequeños detalles que se adaptaron y a las que se comprometieron lo que mantenía la paz, e incluso en situaciones de enredos potenciales, no les hacía perder el tiempo con peleas.

Y hablando de enredos...

- Por cierto, Iris, ¿no has pensado en hacerte un corte de pelo? Yo tuve que aprender a cortarme el mío por ensayo y error con el paso de los años.

Las tres ya estaban vestidas con la ropa de dormir y sentadas en sus camas, ya dejando algunas cosas de lado aquí y allá. Misty llevaba un camisón azul claro que la mamá de Ash le regaló hacía poco y que a ella le gustó. Era suave, se respiraba bien en él, y le quedaba a la medida.

Anabel llevaba una larga camiseta morada, e Iris... bueno, cerraron la puerta cuando se retiraron por la noche. Compromisos y todo.

La chica salvaje cogió un mechón de su larga melena, cuya enorme masa le caía encima como una manta, y dicho mechón era una esquina viviente, mirándola extrañada por la pregunta. – ¿Por qué? ¿Acaso mi cabello se ve mal?

- No, claro que no. Solo que tenerlo así de largo, ya sabes, debe ser difícil mantenerlo arreglado y limpio. Y a veces se te podría enredar en cualquier lugar.

Ni siquiera lo estaba diciendo por ser educada. El cabello de Iris se veía remarcablemente hermoso para su falta de cuidados. ¿Sería que tenía raíces muy fuertes? Le vendría bien retocarse en algunos lugares, pero eso fácilmente se arreglaba con uno o dos recortes menores.

- No me molesta. – replicó la morena. – Fraxure tal vez ya no quepa en él igual que antes, pero siempre me gustó tenerlo así, y puedo manejarlo cuando se enreda. Además, ustedes dos también se lo han estado dejando crecer.

La pelirroja intercambió una fugaz mirada con Anabel. Efectivamente, en los últimos meses, y luego de que Anabel le contó que al parecer Ash tenía un gusto por las chicas de cabello largo, ambas habían estado dejándoselo crecer un poco más. Ella había vuelto a hacerse su vieja coleta de lado, que ahora era lo bastante larga para tocarle el hombro, mientras que el de Anabel ya caía a un tercio de su espalda más o menos.

- Bueno, sí, pero no tanto como el tuyo. – señaló la telépata. – Tienes suerte de que no se te hagan rizos y ondas.

- No es broma. Yo siempre mantenía el mío corto desde que era niña, para verme distinta a mis hermanas, pero admito que me está gustando tenerlo así. Y si a Ash también le gusta, mejor para mí todavía. Aunque a algunos les gusta tenerlo así, Anabel.

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