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OLIVIA
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Al día siguiente, las clases continuaron como de costumbre, a pesar de que estaba mortalmente asustada por la de Defensa Contra las Artes Oscuras.

Sorprendentemente, Moody ni siquiera me miró una vez ni se refirió a mí. Habló sobre la Gente del agua, ya que tenía que ver con la próxima tarea del Torneo, y nos ordenó que investigáramos un poco al respecto por nuestra cuenta.

Todos, especialmente los Gryffindors, parecían bastante alterados durante la clase, probablemente temiendo que Moody pudiera hacer alguno de sus horribles comentarios, pero la hora transcurrió bastante normal y tranquila. Casi puedo decir que fue una clase soportable.

Cuando salí, encontré a Olivia esperando junto a la puerta y la saludé. Me preguntó cómo había ido la clase y se sorprendió cuando le conté sobre la actitud de Moody. Le pregunté por Pauline, quien había estado tan ocupada últimamente con todos sus exámenes y sus tareas que no podía pasar tanto rato con nosotras como quisiéramos.

Una vez que llegamos al Gran Comedor, tuvimos que ir cada una a la mesa de su casa y yo me senté al lado de Draco, quien me sonrió cuando me vio, tras saludarlo.

—¡Oye, Lovegood!

Mis ojos se apartaron rápidamente de mi comida cuando escuché a uno de los chicos de Ravenclaw hablando. Estaba mirando directamente a Liv.

— ¿Puedes decirle a la patética de tu hermana que deje de molestarnos en la sala común con sus estúpidas criaturas inventadas? Algunos de nosotros tenemos un trabajo real que hacer y una buena reputación que mantener en Ravenclaw. No se nos puede ver hablando con ella.

Olivia frunció el ceño y puso cara de disgusto.

— No me importa si te metes conmigo, pero insultar a mi hermana pequeña mientras ella ni siquiera está aquí no es muy amable de tu parte.

— No estoy insultándole, solo estoy diciendo la verdad. Quizás en lugar de clasificarla en Ravenclaw, deberían haberla enviado a San Mungo.

— ¿No puedes dejar a Luna en paz? — respondió ella dándose la vuelta y concentrándose en su comida. El resto de las personas en su mesa le estaban dando miradas reconfortantes.

—¿Y qué vas a hacer, eh? Eres la Lovegood menos útil, al menos tu padre y tu hermana están lo suficientemente locos como para tener algo de protagonismo, ¿pero tú? Solo eres la perra de los tejones.

Al ver cómo Olivia bajaba la cabeza junto a esas palabras y cómo ese hijo de puta y sus amigos comenzaron a reír, no pude evitar levantarme con mi varita en mano.

— Lilith, ¿a dónde vas? — escuché a Draco decir detrás de mí.

Con mi mente entumecida por la ira, ni siquiera sé cómo llegué tan rápido frente a él y puse mi varita contra su cuello. Estaba jodidamente cansada de ver a esos bastardos meterse con los Lovegoods sin ninguna maldita razón.

El chico me miró con sorpresa y desdén, bastante asustado y avergonzado ya que casi todos los alumnos de los años mayores de las cuatro casas nos miraban.

— Dilo de nuevo, hijo de puta — lo desafié con un murmullo.

—Este no es tu problema, pequeña Snape.

WICKED HATE | FRED WEASLEY (traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora