WICKED HATE | FRED WEASLEY (traducción)

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EL EFECTO "FRED WEASLEY"
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Me senté junto a Liv y Pauline en una de las esquinas con Neville y otros dos chicos de su año. Los competidores se estaban preparando para la prueba.

Tenían que rescatar a uno de sus seres queridos del lago donde la Gente del mar los custodiaba. Todos parecían bastante nerviosos, incluso el estoico Krum.

Sonó el silbato y los cuatro saltaron al lago.

— ¡He matado a Harry Potter! — gritó Neville cuando no pudo ver a Potter en las profundidades del agua.

— No, Nev. Dale un momento — dije, tratando de convencernos a él y a mí de que Potter estaba bien. Ni siquiera dos segundos después, Harry hizo una gran voltereta fuera del agua mostrando el efecto que las Bronquialgas tenían en él.

Mientras todos esperábamos a que los campeones completaran la prueba, mis ojos volaron hacia Weasley, que estaba sentado a unos pocos asientos de mí. Obviamente, estaba al lado de su hermano George y de su hermana pequeña, Ginny.

Tenía sus binoculares en la mano mientras miraba completamente entretenido el agua y se mordía el labio inferior, concentrado y divertido. No pude evitar recordar el sabor de sus labios, la forma en que su lengua jugaba con la mía y cómo tocaba mi piel desnuda con esas manos delgadas y marcadas con venas.

Todavía tenía hambre de él y sabía perfectamente que ese hambre no iba a cesar. Su abrigo dejaba a la vista la piel de su cuello, que estaba cubierto de pequeñas cicatrices y lunares que moría por besar.

— Lilith — me llamó Liv, sacándome de mi ensoñación. — ¿Estás bien? ¿Qué estás mirando?

— ¡Nada! — bramé más fuerte de lo que pretendía. Mi mente estaba demasiado ocupada para pensar en una excusa por mirar a Fred Weasley. Pero, ¿qué clase de mejor amiga sería si no les contara a Liv y Pauline lo que había pasado?

— Chicas, una vez que la prueba termine, venir conmigo a la sala común de Slytherin. Necesito hablar con vosotras.

Pauline silbó, bromeando.

— Wow, chica, qué dramática. ¿No creo que hayas hecho nada malo?

✵ ✵ ✵

— ¡¿QUÉ HICISTE QUEE?! — Pauline gritó haciendo que casi se cayera de la cama.

— Lo besé — susurré de nuevo. Los truenos se podían escuchar por fuera de mi ventana. Era casi medianoche e incluso me había saltado la cena en el Gran Comedor solo para no ver a Weasley. — Bueno, él me besó... Nos besamos — me corregí.

Liv tenía una ceja levantada y lucía discretamente divertida, mientras que Pauline tenía una cara de sorpresa y casi no podía creerlo.

Dejó escapar una risita nerviosa. — Vaya, no me esperaba eso.

Dejé que asimilaran la noticia mientras tomaba una de las galletas de arándanos que Liv me había preparado. Ella sabía que me había saltado la hora de la cena y por eso, me había traído mis dulces favoritos. El mero sabor y olor de los arándanos me hacía feliz, me recordaba a los pocos momentos felices que tenía de mi infancia donde mi abuela, Eileen Prince, me cocinaba. Cuando mi madre entró a Azkaban, Eileen era demasiado mayor como para cuidar de mí, pero Severus solía llevarme a visitarla tres veces al año hasta que ella murió cuando yo tenía nueve.

Los momentos que pasé con ella habían sido bastante felices, ya que estaba tratando de recuperar la relación con su descendencia después de que su esposo abusivo la abandonara. Aparentemente, era una cosa de familia...