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DE VUELTA AL QUIDDITCH
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— Estoy agotada — anunció la morena mientras inclinaba la cabeza sobre sus rodillas. Pauline parecía más exhausta que nunca. Tenía unas ojeras muy pronunciadas, el cabello un poco desordenado y una voz que solo detonaba cansancio.

— ¿Exámenes?

— Sí, y toda la locura en la escuela. Todo el mundo está tratando de mantenernos al día con nuestras tareas mientras apoyamos a Fleur, quien por cierto, está increíblemente nerviosa.

Estábamos charlando en el jardín, disfrutando de una de las pocas horas libres que teníamos, yo estaba recostada en un árbol mientras que Olivia estaba cómodamente acostada con la cabeza sobre mi regazo. La fría atmósfera invernal de febrero y el tiempo nublado de Escocia no iban a impedir que tuviéramos un descanso al aire libre.

Después del pequeño colapso de Liv hace una semana, le contamos a Pauline todo y rápidamente se ofreció a defender tanto a Liv como a Luna en caso de que esos idiotas de Ravenclaw se atrevieran a volver a atacarlas. En realidad, parecía tan molesta como yo, lo que me sorprendió ya que sólo nos conocíamos desde hacía unos cuatro meses.

— Lilith, ¿puedo hablar contigo un momento? — escuché una suave voz masculina tartamudeante detrás del árbol. Neville Longbottom se miraba los pies con un gran libro de herbología en la mano.

— ¡Si, claro! — dije, levantándome un poco confundida ya que nunca se me había acercado en público. Vi sus intenciones de querer hablar a solas, así que tomé mi bolso y me despedí de las chicas que me dieron una mirada confusa al mismo tiempo.

Una vez que estuvimos un poco alejados de toda la multitud, le pregunté; —Bueno, ¿cómo puedo ayudarte?

— Supongo que ya sabes de que trata la segunda prueba, y Harry ha estado tratando de encontrar una manera de respirar bajo el agua, pero nada parece funcionar...— su voz empezó a fallar y vi como tragaba saliva. — Yo-yo estaba leyendo ayer el libro que el profesor Moody me dejó y encontré algo que podría ayudar, pero el lugar más cercano donde puedo encontrarlo es en la oficina de tu tío...— dijo con una voz tan tímida y asustada.

— ¿Y quieres que te ayude a entrar? — pregunté levantando mi ceja izquierda.

El asintió.

— Sabes que podría estar ayudando a Cedric en lugar de Potter, ¿no es así?

Se veía un poco decepcionado.

— Sí, claro, debería haberlo supuesto. Siento mucho haberte molestado — dijo y comenzó a alejarse.

— Neville, no he dicho que no te ayudaría — lo detuve. — No soy la fan número uno de Potter, pero si me pides que te ayude, lo haré. Sobre todo porque sé que Snape no te lo dará.

Sus ojos brillaron con puro alivio y no pudo contener su sonrisa.

— Vamos, sé con certeza que ahora tiene clases en las mazmorras con los niños de tercer año. Si vamos ahora, puedes guardarlas hasta mañana y dárselas a Harry.

Empecé a caminar en dirección a la oficina de Severus. No podía creer que fuera a colarme en su oficina, pero honestamente, no era exactamente la primera vez que lo hacía.

Neville parecía bastante nervioso y miraba a su alrededor todo el tiempo como si tuviera miedo de que alguien nos notara.

— Sabes que no tienes que tener miedo, ¿verdad? — hablé con normalidad. —Todos los profesores saben que tengo la entrada permitida en la oficina de Snape cuando quiera. No nos dirán nada.

WICKED HATE | FRED WEASLEY (traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora