90

9.9K 688 71
                                    

DUCHA
A/N: contenido sexual
_____________

Durante esos días, mientras tratábamos de agotar todas nuestras fuerzas para finalmente irnos a dormir, nos relajábamos y charlábamos en la sala de estar de La Madriguera en voz baja puesto que la Sra. y el Sr. Weasley se acostaban pronto. Y era durante uno de esos momento, con Tonks y Remus ya de vuelta en su casa, donde apenas podía apartar mis ojos de Fred.

Todavía estaba un poco enfadada con él, pero la rabia se estaba desvaneciendo lentamente a medida que su voz se hacía más profunda debido a sus murmullos, su cabello se despeinaba, sus ojos se entrecerraban por el cansancio y sus piernas se abrían perezosamente.

— Bueno, chicos, me voy — anunció George poniéndose de pie y sacándome de mi ensimismamiento. — Tengo una novia a la que mimar.

— ¡Usa protección! ¡Aun soy muy joven como para ser tía! — Ginny se burló mientras se recostaba en su asiento.

George chasqueó la lengua riendo mientras se ponía la chaqueta, y se aseguraba de no hacer demasiado ruido al abrir la puerta listo para irse.

— ¡Nos vemos por la mañana!

— Yo me voy a dormir, niños — dijo Charlie pasándose las manos por la cara y estirándose. — Estoy muerto.

Mientras él Weasley mayor desaparecía por las escaleras, sentí los ojos de Fred atravesándome desde el otro lado de la habitación y a pesar de que traté con todas mis fuerzas de no mirarlo, mis ojos inmediatamente fueron a encontrarlo.

Tenía una sonrisa muy tenue en su rostro mientras sus cejas arqueadas hacían que su mirada castaña ardiente fuera aún más intimidante y exigente que de costumbre. Apretó la mandíbula y movió la cabeza para señalar discretamente hacia arriba, hacia su habitación.

Sin necesidad de otra palabra, se puso de pie y comenzó a ir tranquila y directamente a su cuarto, murmurando un simple "buenas noches" al resto.

Para no levantar muchas sospechas, esperé un poco antes de empezar a irme en su dirección, siendo discretamente cubierta por mi leal cómplice; Hermione.

Cuando llegué al cuarto, ni siquiera llamé, simplemente abrí y entré a hurtadillas, cerrando la puerta detrás. Y antes de darme la vuelta, le lancé un Muffliato.

La habitación estaba exactamente igual a la última vez que la vi y me sorprendió que los gemelos no la hubieran puesto patas arriba todavía. Mientras examinaba por completo la habitación, ya más relajada, noté que la tenue luz de la lámpara de la mesita de noche de Fred era la única iluminación del lugar, pues esa noche no brillaba ninguna estrella en el cielo nocturno, probablemente, debido a las fuertes nubes que cubrían toda Inglaterra de norte a sur.

— ¡Por fin! — La voz de Fred murmuró detrás de mí, haciendo que me girara de inmediato para confrontarlo. Estaba apoyado engreídamente contra el marco de la puerta del baño, mirándome con esa sonrisa arrogante y diabólica que me debilitaba tanto. — Ven aquí, cariño.

Sin dudarlo ni una sola vez, lo seguí al baño y observé cómo cerraba la puerta, dejándonos completamente solos y atrapados el uno frente al otro. Se colocó frente a mí, mirándome con curiosidad y metiendo las manos en los bolsillos de sus pantalones.

— Y ahora, ¿qué hago contigo?

— Tú eres quien me dijo que viniera — me defendí encogiéndome de hombros y fingiendo parecer desinteresada.

Se rió disimuladamente, mirando a sus pies y luego a mí, lentamente, luciendo demasiado bien como para ser real. Después, sin prisa, se acercó a mí, haciéndome caminar hacia atrás solo para burlarse, hasta que mi espalda se encontró con la fría pared de azulejos. Sus caderas se pegaron a las mías y su mano subió lentamente desde mi cuello para tomar mi mejilla en un gesto que casi parecía dulce, dejándola viajar a través de mi boca donde su pulgar trazó el contorno de mi labio inferior.

WICKED HATE | FRED WEASLEY (traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora