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RUMOR
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—Para empezar, Fred no me gusta de la forma en la que piensas. Pero bueno, ¿qué querías, Severus?— Pregunté todavía bastante confundida por su comentario anterior.

El hombre frente a mí entrelazó los dedos y me miró con el cansancio brillando en sus ojos negros.

—Como no sabemos cuál será el próximo movimiento de tu madre, me ha parecido oportuno decirte que, gracias a William Weasley, quien ahora trabaja en Gringotts, la mitad del dinero que había en tu bóveda, la cual tu madre sabe, está ahora guardado en una de las cámaras secretas que pertenecen a la Orden. Tu madre conoce muchos trucos para poder llegar a tu dinero, el cual es obvio que necesitará, así que pensé que sería conveniente mantener lo tuyo lejos de ella.

Me quedé absolutamente sorprendida. Era una idea brillante, mi madre tenía acceso a la cámara anterior porque estaba bajo el nombre de la familia Snape, así que poder mantener la mitad lejos de ella era una forma de asegurarse de que no me dejara sin nada.

—Sé que estabas ahorrando ese dinero para tus cosas personales— agregó Severus.

—Sí, una vez que salga de aquí, Liv y yo habíamos planeamos mudarnos juntas— respondí. —Gracias, Severus. No puedo imaginar lo que haría sin ese dinero.

Él asintió con la cabeza, —Ahora, por favor, sal y dile a Potter que entre.

—¿Puedo preguntar qué estáis haciendo los dos?

—No puedes decir nada al respecto, ¿queda claro?— Dijo, advirtiéndome. —Le estoy enseñando Oclumancia.

Silbé sorprendida. Pobre Harry...

—¿Y estás siendo tan duro con él como lo fuiste conmigo?

—Aún más. El mocoso arrogante es como su padre, no importa cuántas veces lo intente, no se resiste.

—Dale tiempo. A mí me tomó un año entero perfeccionarla.

—Cuando tenías 12. Él tiene 15 y además, es el supuesto héroe. No lo disculpes, Lilith.

Me encogí de hombros y abrí la puerta, lista para irme. Hablando frente a la puerta estaban Harry y Fred, quienes se dieron la vuelta tan pronto como me vieron. Los ojos de Harry se dirigieron directamente a mi mano, donde tenía la herida fresca, la cual todavía me picaba. Al darme cuenta, la escondí discretamente detrás de mi espalda.

—Harry, Snape te quiere en su oficina.

El niño gruñó y arrastró los pies por el suelo para entrar a la habitación.

—Si le aplicas manzanilla se curará antes— susurró antes de entrar, levantándose la manga para mostrarme otra cicatriz en su mano, similar a la mía, diciendo: no debo mentir.

—Gracias Potter.

Una vez que Harry entró en la oficina, volví a mirar a Fred, quien se había apoyado contra la pared, arrogantemente, con las manos en los bolsillos mientras me examinaba.

—¿Nos vamos?

Él se quedó en silencio durante un par de segundos.

—Si alguna vez, Lilith Arambella, te atreves a golpearme contra la pared y besarme así otra vez, te juro que te follaré ahí mismo y que me importa un carajo quién esté mirando y quién no, ¿entendido?

Resoplé.

—No te atreverías.

—No me pruebes, Lilith.

WICKED HATE | FRED WEASLEY (traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora