WICKED HATE | FRED WEASLEY (traducción)

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EL VESTIDO VERDE
TW: Contenido sexual
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Fred me golpeó contra la pared, fusionando sus labios con los míos en otro beso exigente y desesperado. Habíamos acabado en el garaje vacío y solitario construido junto a la casa de los Weasley, donde solían guardar su coche y alguna que otra herramienta.

Sin esperar ni un segundo más, tomó mi trasero para presionarme contra su cuerpo y besarme tan feroz intensamente como siempre lo hacía. No sé cómo se las arreglaba para reclamarme tanto y hacerme suya con solo besarme.

Sus manos se desplazaron por toda mi sensible piel para finalmente colocarse debajo de mi vestido y acariciar mis muslos, mientras que mi espalda chocaba contra la madera polvorienta, creando así un contraste entre su tacto suave y el material frío en mi espalda desnuda.

— Por mucho que quiera follarte de todas las formas posibles...— susurró contra mis labios a la vez que yo desabrochaba su camisa siendo carcomida por la desesperación. — ...Apuesto a que ya nos están echando de menos, así que esto tendrá que ser rápido, cariño.

— Entonces no pierdas el tiempo y bésame, daddy — ronroneé viendo el desastre en el que se convertía ante mis palabras y envolviendo sus caderas con mis piernas.

Una de sus manos se aseguró de sostenerme contra la pared para que no me resbalara, mientras que la otra se deslizaba entre mis muslos para acariciarme suavemente sobre mi ropa interior, haciéndome llevar la cabeza hacia atrás y provocando que un gemido dejara mis labios.

— ¿Ya estás goteando, ángel? ¿Tan desesperada estás por mí? — se burló pasando detenidamente el dorso de sus dedos por mi humedad.

— ¿Cómo puedo no hacerlo cuando te ves tan jodidamente bien, Freddie? — sonreí besando la piel expuesta de su cuello y escuchándolo respirar profundamente mientras que sus dedos retiraban mi ropa interior para torturar directamente mi clítoris.

Gemí contra él cuando sentí dos de sus dedos deslizarse dentro de mí. Como siempre, el toque de Fred se sentía exigente y ardiente; como una una corriente de placer que despertaba cada nervio de mi cuerpo. 

Mientras mordía lentamente su labio inferior, haciendo contacto visual con él y viendo esa sonrisa diabólica llenar su rostro, Fred sacó sus dedos, ganando un sonido de queja de mi parte. Seguidamente, levantó mi vestido para tener más acceso a mí y mirándome fijamente a los ojos, con esa sonrisa de satisfacción que me mostraba lo mucho que disfrutaba tenerme a sus pies, susurró;

— Shh, cariño, daddy te va a complacer como es debido...

Fue entonces, sin mas deleites, ciando comenzó a desabrocharse los pantalones para liberar su erección y pasar su punta a través de mi. 

— Freddie, por favor...— tartamudeé, sintiendo como la desesperación me invadía y como mi interior latía deseando tenerlo dentro de nuevo. 

— Ah-ah, amor, ya sabes cómo llamarme — rió mientras burlaba mi entrada.

— Daddy, por favor...— logré decir.

Su sonrisa se ensanchó cuando sus manos se clavaron en la piel de mis caderas y empujó dentro de mí con una fuerte estocada, haciéndome gemir y ahogando su propio gemido en la piel de mi cuello.