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EL BESO
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Estaba acorralada entre los casilleros y el cuerpo de Fred Weasley, con muy poca distancia entre nosotros.

Sus ojos marrones me miraban con rabia y furia.

— Has hecho trampa — se quejó.

— No lo he hecho y lo sabes muy bien, Weasley — sonreí. Su respiración se hizo más pesada y rápida. Todavía vestía su sudoroso uniforme de Quidditch y la poca distancia que había entre nosotros, más el hecho de que sólo llevaba los pantalones de entrenar y el top deportivo, hicieron que me sintiera bastante expuesta, pero decidí ignorarlo para no darle la satisfacción de saber que me imponía. — Te dije una vez que te ganaría en un juego limpio.

— Casi me tiras de la escoba cuando estaba a punto de golpear a Malfoy— escupió, acercándose. — Te dije una vez que si alguna vez me tocabas de nuevo, te haría arrepentirte.

— ¿Y qué vas a hacer, eh? — pregunté con sarcasmo. Mi espalda golpeó los casilleros detrás de mí mientras trataba de poner algo de distancia entre nosotros. —Porque por lo cerca que estás, parece que me vas a besar.

Me lanzó una mirada cargada de desdén y desprecio, y puso cierta distancia entre nosotros, dándome un respiro para recuperar el aliento discretamente. Tenerlo tan cerca había hecho que mi cuerpo reaccionara de una manera que mi mente odiaba.

— Ni en tus sueños más salvajes — afirmó, lleno de sí mismo.

Fred pasó sus largos dedos por su cabello, marcando los músculos de su brazo, mientras ponía su otra mano en su cintura. Parecía bastante enojado. — Merlín, te juro que te odio tanto.

— Bueno, el sentimiento es mut-

Estaba a punto de terminar la frase cuando un par de labios invadieron los míos, los de Fred, para ser específica. Había roto en menos de un segundo la pequeña distancia que nos separaba y rodeando mi cintura con su brazo para pegarme contra su cuerpo, me besó con furia y pasión.

Sus dedos en mi piel desnuda me quemaron y me hicieron rogar silenciosamente por más. Para mi propia sorpresa, respondí a sus labios de inmediato y un hambre desconocido en la parte más profunda de mi cuerpo se complació.

Mientras se movía contra mi boca, su otra mano fue a mi cuello donde agarró mi nuca con cuatro de sus dedos mientras su pulgar se situaba en el centro de mi garganta.

Si bien su toque era duro y firme, sus labios eran cálidos y suaves. Su lengua jugaba con la mía, enviándome escalofríos por todo el cuerpo, mientras yo llevaba mis manos a su cabello provocándole un gemido en modo de aprobación.

La forma en la que me besaba me hacía sentir como si estuviera en medio de una hoguera, ya que el calor que emanaba de nuestros cuerpos invadió la habitación. Si forma de besarme era tan pecaminosa y exigente que sentía como mis piernas fallaban y todo mi cuerpo se debilitaba ante él. Casi podría decir que me estaba reclamando con la boca y era incluso mejor de lo que me había imaginado; la forma en la que pude sentir mi ropa interior mojándose contra mí lo confirmó por completo,

Todos mis pensamientos racionales se esfumaron y mis piernas casi flaquearon lo que hizo que él pusiera sus manos en mi trasero con firmeza para atraparme entre sus brazos. Me inmovilizó contra los casilleros con dificultad y me sorprendí rodeando sus caderas con mis piernas, obteniendo otro gemido de él y haciendo que moviera una de sus manos hacia mi mejilla.

— ¿Freddie? ¡Las apuestas están a punto de empezar! ¡¿Dónde coño estás?! — se oyó desde afuera. Era George.

Inmediatamente Fred rompió el beso y ambos nos miramos con los ojos muy abiertos. Nos separamos como si nos hubiéramos quemado y me apresuré a coger mi camiseta y a ponerla. Sin volver a mirarme, Fred se dirigió directamente a la puerta.

WICKED HATE | FRED WEASLEY (traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora