Capítulo 17: Cavando mi tumba

3.1K 478 126
                                    

________________________________________________________________________________

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

________________________________________________________________________________

Nora Xeclyde nació con una cuchara de oro en la boca.

Con el linaje de los Xeclydes fluyendo por sus venas, ella siempre estuvo en el centro de atención sin importar a dónde fuera. Incluso desde una edad temprana, ya recibió la educación más rigurosa disponible.

Se depositaron en ella grandes expectativas.

Desde su linaje del más alto nivel, uno que enviaría a cualquier noble purista de linaje a un frenesí, hasta su apariencia impecable, que no habría estado fuera de lugar en una galería de arte, la joven Nora era una persona favorecida por los dioses.

Se sentía como si hubiera nacido con todos los dones que este mundo tenía para ofrecer.

Los nobles de la corte real y los obispos de la iglesia a menudo se topaban con ella "por casualidad", con la esperanza de dejar una buena impresión. Sus compañeros, bajo las órdenes de sus padres, intentaron desesperadamente halagarla, inundándola de un mar de elogios.

A pesar de esto, Nora, con su educación impecable, siempre había sabido mantener el equilibrio y responder con gracia y magnanimidad. Pero, debajo de esta fachada impecable, solo había una cosa corriendo por su mente:

Qué aburrido.

Todo se sentía aburrido e hipócrita, y casi la volvía loca a veces.

¿Cómo se sentiría si todos en el mundo tuvieran un solo rostro para mostrarte? Nora creía que nadie tendría mejores credenciales que ella para responder a eso.

A medida que los días de aburrimiento continuaban sin cesar, Nora se dio cuenta lentamente de una pequeña peculiaridad dentro de ella. Cada vez que una mirada de preocupación aparecía en el rostro de una persona frente a ella, de repente las cosas ya no eran tan aburridas.

Todavía no sabía que este era el despertar de una naturaleza particularmente inquietante; simplemente pensó que estaba enferma. Sin embargo, en este mundo donde las enfermedades mentales no se consideraban un problema, no tenía forma de averiguar la causa.

Fue solo durante los momentos en que sus sirvientes habían hecho mal y necesitaban ser castigados que finalmente pudo liberar su verdadera naturaleza. Dicho esto, tampoco se le permitió soltarse por completo; se esperaba que aquellos que poseían la línea de sangre de los ángeles fueran compasivos.

Se sentía sofocada al vivir una vida así, teniendo que reprimir constantemente su naturaleza. Buscó un lugar donde pudiera ser fiel a sí misma.

Los hijos de las casas nobles que apoyaban a la Casa Xeclyde eran inútiles para ella en ese sentido. Debido a la diferencia jerárquica, tendían a ver a Nora con gafas de color rosa, de modo que la reverencia y la admiración que sentían por ella eran sinceras.

El pequeño tirano no quiere encontrarse con un mal final - Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora