En el momento en que el pequeño tirano de los nobles, Roel Ascart, vio a su hermanastra, recupero sus recuerdos.. Se dio cuenta de que estaba en el mundo de un juego de chicas que jugó en su vida anterior. Para empeorar las cosas, ¡era el villano má...
Este era un edificio antiguo con varios siglos de historia a sus espaldas. Debería haber parecido un poco desgastado, pero para sorpresa de Roel, se veía tremendamente resplandeciente y hermoso.
Dentro había una brillante fuente de iluminación que era tan estable como las bombillas de su mundo anterior, lo que permitía a los que caminaban por los pasillos maravillarse con los innumerables murales que cubrían las paredes y el techo por igual.
La comprensión de Roel de la Iglesia de la Diosa Génesis todavía era bastante limitada, por lo que no podía comprender muchas de las representaciones en los murales. Sin embargo, como noble, había entrado en contacto con muchas obras de arte desde su juventud, lo que cultivó su aprecio por las buenas obras. En su opinión, estos murales eran maravillosamente exquisitos, y muchos de ellos eran indudablemente la obra maestra de pintores famosos.
Para tantas obras maestras ubicadas una al lado de la otra, definitivamente fue un refugio para los amantes del arte.
Este fue un testimonio de la larga historia detrás de la iglesia, así como de la influencia que tuvo. Exigió deferencia de quienes cruzaban sus puertas.
Bajo la dirección del personal de la iglesia, Roel fue llevado al salón de actos ... y de repente se encontró solo allí.
No era que el personal de la iglesia lo estuviera despreciando intencionalmente, sino que simplemente estaban demasiado ocupados preparándose para recibir a la multitud para las oraciones, y la grave falta de mano de obra no ayudaba en absoluto. Sin otra opción, Roel simplemente echó un vistazo alrededor de la iglesia por sí mismo durante una hora antes de ir finalmente a encontrarse con la Santa Eminencia John Xeclyde.
John Xeclyde era un anciano de pelo blanco que parecía sorprendentemente descuidado, a pesar de que eso era solo para los estándares de los nobles más honestos. En términos de apariencia, no se veía diferente de cualquiera de los ciudadanos que conoció fuera de la iglesia antes. Sin embargo, si uno lo mirara más de cerca, se daría cuenta de que a pesar de la falta de una sonrisa en su rostro, todavía emitía un aire de benevolencia.
Con un conjunto de túnicas sagradas blancas, se sentó en una silla de piedra colocada sobre una alfombra roja. La iluminación de la habitación era un poco tenue, pero de alguna manera se sentía como si la luz que estaba allí estuviera enfocada en el hombre. Era un sentimiento misterioso, indescriptible con palabras. Era casi como si conociera a un personaje que acababa de salir directamente de una saga épica.
Sin embargo, Roel conocía la razón detrás de este sentimiento.
