11. Secretos y nuevos encuentros

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THIAGO

Deje a Emily en la puerta de su casa y me despedí de ella. Ahora que lo pienso... No me gusta acompañar a las chicas a sus casas, soy más de pedir un taxi porque siento que se puede mal acostumbrar eso, pero con ella voy dos días seguidos.

Camine en dirección a mi casa, en mis manos tenía la bolsa de regalo con las galletas dentro, bueno Emily se esforzó mucho para hacer esto y se que lo hizo ella porque nadie vendería esas galletas. Nadie.

El hecho que haya llevado las galletas creo yo que la hizo sentir un poco mejor, así que pude lograr que no se sienta mal.

Mientras seguía caminando me estaba imaginando los acontecimientos que pudieron suceder, pero es mejor ya no tomarle importancia a eso.

Llegue a casa super rápido, saque la llave de mi bolsillo, cerré la puerta ya estando adentro, encontré a Diana en la sala y al verme se acercó a mi, ella y Obito.

—¿Ya almorzaron? —pregunte al tenerla cerca.

—¿Qué traes ahí? —señalo ella a la bolsa de regalo donde estaban las galletas.

—Nada —lo escondí detrás de mi.

—¿Nada? —frunció el ceño.

Ella camino al rededor mío muy extraña, ¿qué hace?. Cuando de pronto sentí que me arrebato las galletas de mi mano.

—Diana, dámelas —exclamé.

Ella introdujo su mano, sacando de aquella bolsa de regalo, una galleta con forma de corazón. Ahora me preguntó, ¿no pudo escoger otro diseño?

—Galletas —dijo confusa.

—Si bueno, ya viste que son galletas, ahora damelas.

—¿Otra chica te regalo galletas? ¿Con esto cuántas veces son? —se detuvo a pensar— ¿Cuatro? ¿Cinco?

—Si tu no lo recuerdas, mucho menos yo que me importa una mierda sus vidas.

—Que cruel.

—Solo damelas, no las comas.

—¿Por qué?, es la primera vez que no lo quieres tirar a la basura.

—No importa, solo no lo comas.

—Estas extraño...

—Diana, no lo co... —me detuve cuando ella estaba probando la galleta que tenía en manos.

¿Tendría que llevarla al hospital? ¿Le dará dolor de barriga? ¿Qué le diré al doctor?

Bueno, sufrió una intoxicación a causa de que Emily ingreso en la cocina.

Ella puso un gesto de asco y boto la galleta que estaba comiendo.

—Esto sabe asqueroso. —Se limpio la boca—. ¿Quién te dio esto? ¿Intento intoxicarte acaso?

—No intento intoxicarme y me los dio una amiga —confesé.

—Thiago, si te soy sincera, eso ni regalado lo acepto.

—No digas esas cosas, además no esta tan mal.

—¿Lo probaste? —tomo una de las galleta y la puso cerca de mi boca—. Vamos come, después de todo no esta tan mal ¿no?

La verdad es que, si sabía feo, pero no quería que Emily sintiera que su esfuerzo no valía la pena.

Acepte las galletas porque me dije a mi mismo que tendría que hacer lo posible para por lo menos recompensar un poco la estupidez que hice.

INFELIZMENTE FELIZWhere stories live. Discover now