54. La venganza no siempre es mala

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THIAGO

Mi mente aún trataba de procesar las palabras del doctor.

Todos a mi alrededor no soltaban ni una sola palabra, aun se mantenían sorprendidos al igual que yo, pero eso no duró mucho, porque segundos después esa sorpresa se convirtió en miedo y en llantos entre muchos.

─No... ─me negué a creer lo que acababa de decir.

─El golpe que recibió daño su cerebro, hace unos instantes Emily corría riesgo de muerte cerebral, pero poco o nada se pudo hacer después, el mejor resultado era que ella despertara, el peor, que muera, y el resultado inesperado era este, que ella entre en coma ─explicó el doctor.

─Debe de poder hacerse algo... ─dijo Aurora.

─Lo sentimos.

─No... ─los labios de Sofia temblaban─. ¡No! ─tomó de la camisa al doctor─. ¡Debe de hacerse algo! ¡Debe de haber algo!

Algunas enfermeras separaron a Sofia del doctor; Emilio, la tomó de sus brazos e hizo que Sofia comenzara a gritar y llorar en su pecho.

Emilio comenzaba a derramar algunas lágrimas mientras trataba de mostrarse fuerte.

─No es cierto... ─hablo Rodrigo─. Ella no...

Rodrigo intentó entrar en la habitación de Emily, pero el médico junto a Samy se pusieron delante de él, Samy lo retuvo de golpe dándole un abrazo y diciéndole unas palabras como apoyo.

─Ella... tiene que despertar ─exclamó Rodrigo.

─No sabemos cuándo lo hará, puede tardar días, meses... ─se detuvo─ incluso años.

─Tengo que verla... ─dije─. Ella no... ella no...

Comencé a negar con la cabeza, por esos segundos tuve un fuerte mareo mientras seguía viendo la habitación de Emily, no podía ver bien y no era solo por los mareos, también era por como mis lágrimas hacían que se me complique ver por como inundaron por completo mis ojos.

─¡Emily! ─grité yendo hacia la habitación, pero el doctor me detuvo en la puerta─. ¡Emily despierta! ¡No puedes hacer esto! ¡No puedes simplemente quedarte en esa cama sabiendo que estoy aquí esperando crear un futuro junto a ti!

─Thiago... ─el médico no soportaba la fuerza con la que intentaba ingresar a la habitación de Emily─. Thiago, no puedes ingresar aún.

─¡Despierta Emily! ¡Te necesito en estos momentos! ¡EMILY! ¡Prometimos hacer muchas cosas este año! ¡¿Qué pasó con todo eso?!

─Thiago te pido... que te calmes ─al doctor se le dificultaba poder hablar─, no me obligues a tener que aplicarte una anestesia.

─¡Emily! ¡Ábreme la maldita puerta! ¡No te puedes rendir sabiendo que aquí hay un maldito loco que aún te necesita! ¡Escuchaste! ¡Te necesito! ─el doctor me soltó al ver que ya no pretendía seguir insistiendo en entrar a la habitación. Me soltó y caí al suelo lentamente poniendo la palma de mi mano en la puerta─. Despierta. No pretendas que siga con mi vida si tu no estas a mi lado.

Sin respuesta alguna lo único que se llegaba a oír eran los llantos de los demás y el mío.

Mi cuerpo se sentía débil, no sabía si era por no comer o por esto o por ambas, simplemente sentía que perdía toda mi fuerza. Entonces mis sospechas fueron acertadas, Emily era mi debilidad, tanto física como mental.

Detrás de esa puerta se encontraba la chica que me devolvió mis sonrisas.

La mujer que se encargó de transformar esos malos momentos en los mejores.

INFELIZMENTE FELIZWhere stories live. Discover now